Medio vacíos o medio llenos

Ourense comparte con el norte de Portugal y Zamora el vaciado de embalses del verano, en plena alza histórica del precio de la luz, y ahora pagan las consecuencias en plena sequía meteorológica. La diferencia están en cómo reaccionan unos y otros ante esta anomalía.

Cuando hace unos días el Gobierno de Portugal (en funciones) decidió poner coto a la sobreexplotación del embalse de Lindoso, que los propios alcaldes ourensanos de Lobios y Entrimo venían advirtiendo, ordenando que se parase la producción hidroeléctrica y limitase a dos horas semanales, algunos abrieron los ojos al otro lado de la frontera. Mientras los vecinos lusos no dudan en ordenar a la gigante EDP (Energias de Portugal, controlado al 25% por el Gobierno de China), que explota Lindoso parar las turbinas, en Ourense y Zamora, las provincias vecinas, la forma de actuar ha sido bastante diferente. 

Tanto ourensanos como zamoranos vivieron un verano con un drástico vaciado de embalses, al igual que el norte de Portugal, pero las decisiones al respecto han sido más bien pocas, especialmente en el caso de Ourense.

Lo que hace Zamora

En Zamora, la respuesta vecinal denunciando el vaciado ejecutado por Iberdrola fue clara, con manifestaciones y denuncias ante la Justicia. La Guardia Civil abrió una investigación a fondo. De hecho, el vaciado de la presa de Ricobayo está judicializado, tras una querella contra Iberdrola y la Confederación Hidrográfica del Duero por un posible delito contra los recursos naturales y el medio ambiente. Lo investiga el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Zamora y el informe de la Guardia Civil ha descartado daños a la fauna ni al abastecimiento, pero apuntan a daños a cultivos, ya que los agricultores se sirven de este embalse para regar, y a negocios privados.  Además, el próximo 16 de febrero declararán ante el juez representantes de la CHD y de la propia Iberdrola. 

Lo que hace Portugal

En Portugal, mientras tanto, el Gobierno de la nación ha tomado cartas en el asunto cortando la producción hidroeléctrica, y el municipio de Ponte da Barca, que comparte con los ourensanos Lobios y Entrimo el embalse de Lindoso, cuya explotación se hace en terreno portugués, también toma decisiones.

Esta misma semana, su alcalde exigió el estudio de los caudales mínimos establecidos en la concesión de Lindoso y un estudio de impacto ambiental por el “histórico” bajo nivel de la presa que bebe del Limia, y que ha dejado antiguas aldeas anegadas al descubierto en Lobios. El regidor de esa localidad, Augusto Marinho, ya se dirigió a la Agencia Portuguesa do Ambiente y a la propia compañía EDP para exigir cambios en las condiciones de explotación, mientras que la compañía eléctrica ha eludido dar su visión sobre las últimas decisiones tomadas, cuestionada por la prensa lusa.

Lo que hace Ourense

Estos ejemplos de Zamora (con la causa judicializada) y Portugal, con actuación del Gobierno y de los alcaldes, contrasta con lo sucedido en Ourense. Seis meses después del drástico vaciado del embalse más grande de la provincia, As Portas, que gestiona Iberdrola, junto al de Cenza, también de la compañía vasca, y el de Salas (de Naturgy), nada ha sucedido, más allá de la actuación de la Xunta, que ultima una sanción de 50.000 euros a Iberdrola (25.000 por embalse vaciado) y 25.000 para Naturgy, además de 75.000 euros para la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, que ya ha anunciado que recurrirá. 

En esto parece quedarse lo ocurrido, ya que la investigación que inició el organismo de cuenca concluyó que no se incumplieron los caudales mínimos, mismo argumento que dio Iberdrola, y que las eléctricas dieron aviso oficial de los desembalses, algo que niega la Xunta. No se conocen actuaciones oficiales por parte de los alcaldes de los municipios afectados y, mucho menos, denuncias en el Juzgado como sí sucedió en Zamora.

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