La Confederación Hidrográfica construye un túnel que cruza el río y será una de las obras fundamentales para el saneamiento de las aguas residuales de la margen derecha

El Miño esconde una de las mayores obras de ingeniería de la ciudad

Imagen del bastidor de empuje, necesario para la realización de la hinca. (Foto: JOSÉ PAZ)
El acondicionamiento de los colectores generales de la margen derecha del río Miño que está realizando el Ministerio de Medio Ambiente a través de la Confederación Hidrográfica en el tramo comprendido entre Puente Nuevo-Balneario esconde una de esas obras que no se ven pero que resultan espectaculares, sobre todo para los profanos en la materia.
Se trata de un 'túnel' que cruza el río y que conducirá las aguas residuales desde la margen derecha hasta la estación de bombeo de O Couto, en las proximidades del Puente del Milenio. En realidad, es una gran tubería que consta de 84 tubos de hormigón armado, con un diámetro interior de 1.200 milímetros y una longitud útil de 2,40 metros (en total, 201 metros). En esta compleja actuación, realizada entre el 18 de junio y el 28 de agosto del año pasado, trabajó un equipo de ocho personas en dos turnos de ocho horas, de lunes a sábado.

El nuevo cruce bajo el Miño fue realizado mediante una hinca con escudo cerrado, que es una técnica de perforación a sección completa, por empuje y corte por rotación, en la cual tanto el guiado como el empuje son gestionados desde una cabina de control.

Durante las obras, los operarios tuvieron que reemplazar en tres ocasiones los discos de corte de la microtuneladora empleada, una operación compleja que se realizaba en el frente, a través de un hueco central que permitía el paso de un hombre.

La excavación arrancó del denominado pozo de ataque, ubicado en la margen izquierda del río, cerca del Puente del Milenio. Con un diámetro de 7,9 metros y una profundidad de 18 metros, para realizar la hinca fue necesario construir en su interior un muro de hormigón capaz de soportar la reacción equivalente al empuje máximo del bastidor compacto que realizaba esta función de empuje. Tras cruzar el Miño, la microtuneladora llegó al denominado pozo de recepción, ubicado en la margen derecha del río, con un diámetro interior de ocho metros y una profundidad de 17. Dada la distancia existente entre el pozo en el que se inició la excavación y el lugar en el que finalizó, los operarios tuvieron que colocar tres estaciones de empuje intermedias entre los tubos 4, 43 y 61. Y es que las fuerzas de fricción que el terreno ejercía sobre los tubos provocaban que la fuerza aplicada desde la estación principal no fuese suficiente para vencerlas.
Otro de los aspectos que tuvo que ser controlado fue la evacuación del material excavado bajo el Miño. Se realizó mediante un transporte hidráulico, transformándolo en un lodo que se conseguía por la mezcla con el agua que se inyectaba a la cámara de excavación.

Esta obra bajo el Miño forma parte de un proyecto que contempla la construcción de un nuevo colector interceptor en la margen derecha, entre el Puente Nuevo y O Tinteiro, que conducirá las salidas de cinco aliviaderos hasta un punto cercano al Puente del Milenio, desde donde atraviesan el Miño a través de este 'túnel' hasta la estación de bombeo de O Couto, que recogerá el agua residual del 95% de la población y la impulsará para su posterior transporte a la estación depuradora. Este proyecto está ejecutado al 53,7% y la Confederación Hidrográfica prevé que haya concluido a finales de este año.

Control de calidad para los tubos
Los tubos de hormigón armado empleados tienen una pared con un espesor de 148 milímetros y fueron sometidos a un exhaustivo control de calidad. La tubería de hinca de hormigón armado es un tipo de conducción indicada para evitar la realización de zanjas.

Otras dos actuaciones para 20.000 habitantes
La Confederación Hidrográfica realiza, además, otras dos actuaciones de saneamiento y depuración en la ciudad, ambas en la margen derecha del río. La más avanzada, en la actualidad al 98% de su ejecución, es la del tramo Vinteún-Puente Nuevo, que tiene como principal objetivo la recogida de los vertidos residuales de O Vinteún, Oira y Cudeiro.

Consiste en un tramo de interceptor comprendido desde aguas arriba del Puente Nuevo hasta el entorno de la presa de Velle. La longitud total de tubería es de 3,1 kilómetros, con un diámetro que varía entre los 400 y los 1.400 milímetros y que dará servicio a 13.817 habitantes. El presupuesto de esta actuación es de 6,6 millones de euros, financiados por el Ministerio de Medio Ambiente y la propia Confederación.

La otra intervención, también realizada por estos dos organismos con un coste de 6,2 millones de euros, comprende el tramo entre Eirasvedras y Tarascón. Recogerá los vertidos aguas abajo de O Tinteiro (6.214 habitantes), que se impulsarán mediante un pozo de bombeo a través de dos tuberías hasta la margen contraria.

Te puede interesar