Historias de un sentimental

Mis recuerdos de otro ourensano ilustre, Augusto Assía

Dos retratos fotográficos de Augusto Assía.
photo_camera Dos retratos fotográficos de Augusto Assía.

Está en el repertorio de mi memoria, conservo el grato recuerdo de mi trato con uno de los más ilustres hijos de A Mezquita, Felipe Fernández Armesto, “Augusto Assía”. En una ocasión, en Ourense, me contó algunos aspectos desconocidos de su relación con Vicente Risco. Uno de ellos es que fue testigo del temor de éste a sufrir un atentado de falangistas locales. Y recordaba lo injusto que fuera Castelao con don Vicente, cuando llega a escribir “Cando Risco era alguén”.

No todo el mundo sabe que Augustó Assía fue alertado escritor en gallego. Tras sus estudios de Filosofía y Letras se creía que su camino iba a ser la literatura, cuando realmente lo llamaba el periodismo. Comenzó escribiendo la página universitaria de El Pueblo Gallego, que entonces era un periódico progresista. Marchó luego a París y luego a Berlín, siendo destacado testigo de aquellos agitados años. Mantuvo toda su vida la vinculación al diario La Vanguardia, desde 1929. En 1933 fue expulsado de Alemania después de la subida de Hitler al poder y pasó a Londres como corresponsal de La Vanguardia, donde permaneció hasta que regresó a España al comenzar la guerra civil.

Durante la II Guerra Mundial fue uno de los pocos periodistas españoles decantado por el bando aliado. A lo largo de su vida su decidida postura le valió diversas condecoraciones, como el de Caballero de la Orden del Imperio Británico, la Medalla Castelao y el Premio Galicia de Comunicación (2000). Su casa de Xancera, donde residía con la periodista María Victoria Fernández España, nieta del fundador de La Voz de Galicia, con la que se casó en 1950, fue lugar de peregrinación de numerosos intelectuales. Todavía hoy sus “cartas al director” conservan valiosas reflexiones pese al tiempo transcurrido. Con cierta retranca ourensana, le gustaba decir que su vocación verdadera era la agricultura.

Venía con frecuencia por Ourense. Recuerdo aquella tarde que pasamos en Ribadavia cuando su esposa vino a presentar su libro “Galicia feudal”, compendio valioso de una parte esencial de la historia de Galicia, contada con enorme desparpajo y decisión, del que conservo un ejemplar dedicado. Pero en lo que uno realmente disfrutaba era escuchar el relato de aquel singular ourensano sobre los acontecimientos de la historia de nuestro tiempo de los que fue testigo. Los alemanes seguían sus crónicas en La Vanguardia desde Londres y se considera que contribuyó al despiste del Estado Mayor de Hiltler, gracias a una serie de crónicas en las que anunciaba que el desembarco de los Aliados en el verano de 1944 se produciría en las playas de Calais, dentro de la estrategia de confundir a los alemanes que los servicios de inteligencia británicos y americanos pusieron en marcha. Fernández Armesto recibió la King’s Medal (condecoración militar) y fue nombrado oficial de la Orden del Imperio Británico, dos reconocimientos que figuraron en su esquela cuando, en febrero de 2002, el periodista fallecía a los 92 años.

Tuve la suerte de conocer a otro de los periodistas españoles, que, junto a Fernández Armesto, estuvo presente en el juicio de Nuremberg, el catalán Carles Sentis, que fuera enviado por el ABC, en tanto nuestro paisano representó a La Vanguardia. Sus crónicas de entonces se vuelven a leer hoy con la misma intensidad y frescura. Del mismo modo que a los nazis, criticaba a los jueces rusos, recordando que los crímenes de Stalin nada tenían que envidiar a los de Hitler. Hablando con Augusto Assía me impresionaba especialmente tener delante a quien conociera a Churchill, Kennedy, Dalí, Baroja, Dos Passos, Negrín, Casares Quiroga y otros personajes de nuestro tiempo.

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