Crónica

Coronavirus en Ourense | "Na UCI soñei moito"

Luis García fue el primer paciente covid en ingresar en la unidad de críticos del CHUO, el 16 de marzo de 2020. Un año después, pide responsabilidad –sobre todo, a los negacionistas– y asegura que la recuperación no es fácil.

El personal de la unidad de críticos del CHUO se preparaba en marzo de 2020 para combatir contra el todavía desconocido coronavirus. El día 16, llegó el primer reto: Luis García, de 75 años, ingresaba en la unidad con severas complicaciones de la enfermedad. "Daquel mes que pasei alí non recordo nada, teño só unha imaxe de cinco persoas arredor da cama, movéndome", señala García, que ayer pudo reencontrarse con parte del personal sanitario que lo atendió hace un año.

El ourensano, natural de la parroquia de Santa Comba de Bande, ingresó en El Carmen y, cuatro días después, pasó a la UCI del CHUO. "Non tiña dor, pero si tiven bastantes alucinacións. O mes que estiven alí soñei moito, cantaba... Pero estaba coma un vexetal", apunta García. Durante el tiempo que permaneció en la unidad de críticos –en torno a un mes–, perdió mucho peso, así como toda su fuerza muscular. "Cando me baixaron á planta non podía comer, tiñan que darme a comida. Non daba tragado...", explica. "Eu, hoxe (por ayer), non o recoñecía, porque cando estaba na planta era un saquiño de osos... A filla xa me dixo antes que engordou 20 kilos neste tempo, normal!", señala Cristian Vispo, enfermero de Neumología que lo atendió en planta. 

Poco a poco, comenzó a tomar conciencia de dónde estaba y de qué había pasado, tanto a él como a su mujer. Ella también ingresó en la unidad de críticos, pocos días después de García. "Foi moi emotivo cando ela subiu a planta e se puideron rencontrar", recuerda Vispo. El matrimonio recuerda, de aquellos días, la amabilidad y profesionalidad de los sanitarios. "Non teño nada que dicir deles, só boas palabras de todos eles, dos médicos, dos enfermeiros, dos auxiliares, dos da limpeza...", asegura García. 

LA RECUPERACIÓN, LENTA

Al salir del hospital, mes y medio después de ingresar, el camino de la rehabilitación no fue fácil. "Eu ao principio levaba andador, porque non podía camiñar. Os médicos axudáronnos moito a recuperarnos", explica, emocionado, el ourensano. Su mujer todavía arrastra secuelas graves de la enfermedad, y él reconoce que todavía "hai días" en los que le cuesta hacer tareas del día a día. 

Ahora, un año después de aquello, es claro: "O que máis fastidia é ver aos negacionistas... Eu diríalles que viñeran á uci para ver o que pasa". Los profesionales que lo atendieron reconocen la alegría de verlo "tan ben". "A nivel profesional non hai maior satisfacción que ver como o paciente se vai recuperando e un ano despois aínda se acorda de ti", dice Vispo.

Te puede interesar