El aire africano y el anticiclón del que se beneficia buena parte de Europa han traído un calor inusual en esta época del año, aún en Ourense, en donde ayer se registraron 32,7 grados centígrados De hecho, en las últimas tres décadas sólo se había alcanzado una temperatura similar en el año 1994, cuando los termómetros se situaron en los 32,8 grados centígrados, curiosamente también un seis de abril.
También los ferrolanos, concretamente los vecino de Aldea Nóvoa, en Narón, poco acostumbradas a las efemérides meteorológicas, se vieron sorprendidos por un abafante calor, ya que los termómetro se situaron en los 33 grados, la máxima de toda Galicia.
La ciudad amaneció ayer encapotada por una especie de niebla, que, según los expertos, no era tal, sino calima o lo que es lo mismo, polvo en suspensión arrastrado por los vientos africanos que recorren la península. Hasta pasadas las doce del mediodía, no se dejó ver el sol, lo que fue aumentando la sensación de calor. La escasa humedad relativa, sólo de un 20%, hizo aumentar la sensación de calor a lo largo de las primeras horas de la tarde.
Durante los próximos días, las temperaturas seguirán subiendo de forma progresiva en toda la península sobre todo en Galicia, en el caso de Ourense se prevé para hoy alcanzar los 30 grados.
La ciudad amaneció ayer encapotada por una especie de niebla, que, según los expertos, no era tal, sino calima o lo que es lo mismo, polvo en suspensión arrastrado por los vientos africanos que recorren la península. Hasta pasadas las doce del mediodía, no se dejó ver el sol, lo que fue aumentando la sensación de calor. La escasa humedad relativa, sólo de un 20%, hizo aumentar la sensación de calor a lo largo de las primeras horas de la tarde.
Durante los próximos días, las temperaturas seguirán subiendo de forma progresiva en toda la península sobre todo en Galicia, en el caso de Ourense se prevé para hoy alcanzar los 30 grados.
