El Concello trabaja jurídicamente para que la desaparición de las edificabilidades supongan el menor coste posible

El nuevo planeamiento anulará múltiples derechos urbanísticos

Si el plan actual de 2003 queda anulado antes de aprobar el nuevo, puede bloquear los proyectos en la Finca Santamarina. (Foto: José Paz)
El urbanismo en la ciudad es una especie de encaje de bolillos sobre el que sobrevuela la más que probable anulación definitiva, por parte del Tribunal Supremo, del Plan Xeral actual (aprobado en 2003 por el gobierno de Manuel Cabezas), sobre el que ya pesan ocho sentencias en esa dirección. Cuando alguna de estas resoluciones sea firme, entrará en vigor el Plan Xeral de 1986, aunque sea por un corto período de tiempo hasta la aprobación del documento que ahora se redacta.
A nivel general, el nuevo Plan Xeral reduce notablemente las viviendas previstas en el planeamiento actual, que vendrá respaldada con la propia anulación del planeamiento. Pero, además, quedarán sin efecto una larga lista de derechos de edificabilidad acordados por Manuel Cabezas, algunos controvertidos, a excepción de aquellas en las que se haya realizado ya alguna tramitación urbanística. Esa anulación, además, también la contemplará el propio plan nuevo: 'El Plan Xeral se va a caer y va a generar una situación de transición compleja; y va a haber suelos previstos que ya no se recogerán en el nuevo planeamiento y que tendrán sus reclamaciones (patrimoniales). En eso también estamos trabajando', señalaba ayer la concejala de Urbanismo, Áurea Soto, para salvaguardar los intereses del Concello frente a una posible batería de demandas.


análisis jurídico

Según afirmó Soto, el Concello intentará 'sujetar jurídicamente la situación para que las responsabilidades patrimoniales (por la pérdida de derechos urbanísticos) sean las mínimas posibles. Hay cosas que tendremos que admitir, evidentemente. También hay cosas que ya estamos intentando cambiar', apuntó en relación a la ordenación de la zona de As Burgas. En este sentido, y en previsión de que se pueda haber un importante comienzo de tramitaciones, el Concello trabaja ya en la defensa jurídica de su postura, avalada también por la normativa vigente, que apuesta por un crecimiento racional y sostenible.

Si esta es la situación de los desarrollos privados, ¿qué pasará con los proyectos estratégicos de la ciudad cuando sea anulado el actual Plan Xeral? El grupo de gobierno considera que el cambio no afectaría a las previsiones de implantación del AVE, el Plan de Termalismo, la Ronda Bulevar -con la mayor parte de los suelos afectados- ni tampoco al plan especial de la Finca Sevilla.

Distinta sería la situación en otros proyectos considerados fundamentales para el futuro urbanístico ourensano. El plan especial del Campus podría verse afectado respecto a los nuevos usos contemplados, dado que no se recogían en el Plan de 1986 y habría que esperar hasta la aprobación del nuevo. En cuanto a los proyectos privados de Eroski en A Farixa y Flager en la Finca Santamarina (que incluye la implantación de El Corte Inglés), su situación dependerá del grado de ejecución en que se encuentren en el momento de la anulación.

Así las cosas, las previsiones apuntan a que la difícil situación urbanística, que a Aúrea Soto le parecía 'inabordable' cuando asumió el área, continuará a pesar de que 'hemos conducido esto bastante bien, trabajado mucho y tenido un poco de suerte, pero no desaparece lo ocurrido y tenemos que asentarlo jurídicamente'.

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