El obispo de Ourense critica arrojar las cenizas o guardarlas en casa tras la incineración

Verín 2/11/21
Misa por los fallecidos en la pandemia en el pabellón municipal de  Verín

Fotos Martiño Pinal
photo_camera Misa por los fallecidos en la pandemia en el pabellón municipal de Verín. // Fotos Martiño Pinal

Leonardo Lemos defiende el enterramiento como principal práctica tras el fallecimiento

Ni en la huerta de casa, ni en el Miño ni en el mar: el obispo de Ourense, Leonardo Lemos Montanet, rechaza la práctica de la cremación de cadáveres cuando se custodian las cenizas en lugares que no son los cementerios, así como la práctica de arrojar los restos de un ser querido a lugares simbólicos. En una misiva por el Día de Fieles Difuntos, el prelado critica esta costumbre extendida que “no es auténticamente cristiana”. Lo mejor, para el prelado, es “el enterramiento”. 

En la carta, que es la segunda enviada en estas fechas tras la crítica al Halloween y al consumismo de Samaín, el obispo ourensano dice que la Iglesia “aunque permite la cremación”, “recomienda que los cuerpos de los difuntos sean sepultados en los cementerios u otros lugares sagrados”. Así, Lemos señala que los fieles que opten por la incineración del cadáver “deben evitar todo signo, rito o modalidad de conservación de las cenizas que nazca o pueda ser interpretado como regresión a una visión no cristiana de la muerte y de la esperanza en la vida eterna”.

“Aniquilación definitiva”

“Los cristianos deben recordar que cuando se opta por la cremación no se hace porque se crea que con la muerte se lleva a cabo la aniquilación definitiva de la persona, o cuando se desea que las cenizas del difunto se esparzan por un hermoso paraje natural, en la huerta de la casa o en el mar, porque se piensa que la muerte es el momento de fusión con la madre tierra; se piensa en la reencarnación o se reparten las cenizas entre los familiares como un mero recuerdo del difunto”, reflexiona. Con todo, el prelado admite que esta “costumbre” puede deberse a la “ignorancia”. “Soy consciente de que, en muchas ocasiones, cuando se opta por esta costumbre, no se hace para rechazar ningún principio de la fe católica sobre la resurrección de los muertos; sin embargo, es necesario recordar que las cenizas de nuestros seres queridos deben custodiarse en los cementerios. El hogar, aunque se busque un lugar destacado, no es el espacio apropiado para custodiar las cenizas”, insiste.

Misas

El obispo presidió este martes la misa de Fieles Difuntos en el cementerio de Santa Mariña. Por la tarde ofició otra eucaristía en la Catedral, en honor a los misioneros.

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