Obituario | Francisco Barros Vázquez: un hombre rico en generosidad

En su querido barrio del Couto más de una familia recibió sábanas, mantas...

En una de las muchas caminatas que hicimos juntos por los Caminos de Santiago, Paco tropezó y se cayó al suelo. Soltó un enérgico taco y esta sentencia: “A ver si vou morrer agora que son rico”. No era vanidad, era la satisfacción de haber conseguido junto con sus hermanos los Barros, una empresa próspera a base de trabajo y esfuerzo. Paco era el hombre que conocí que mejor soltaba tacos, en el momento oportuno, con la rotundidez y la firmeza necesarias. En las caminatas se ponía chulito y casi siempre llegaba de los primeros. En la Iglesia de Fátima, según recordó el párroco en su funeral, quedan varias alfombras donadas por él y sus hermanos, y en su querido barrio del Couto más de una familia recibió generosamente sábanas, mantas y todo aquello que, según su sabio lamento, lo habían hecho “rico”. 

Paquiño: no te olvides que tenemos pendiente un pollo guisado de los que primorosamente engordabas en tu casa de Leiro. Adiós amigo. Un abrazo grande Conchita.

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