La ordenanza para evitar el botellón sale de la parálisis

Primera reunión de la comisión antibotellón, ayer en el salón de plenos.
photo_camera Primera reunión de la comisión antibotellón, ayer en el salón de plenos. (FOTO: MIGUEL ÁNGEL)
Atascada desde que se empezó a tramitar en 2017, vecinos y políticos intentan ahora darle un mpulso 

Los partidos y entidades como Agrupación Miño y Federación Limiar retomaron ayer, tras un año de parálisis, la comisión para poner freno al botellón en la ciudad y articular una ordenanza que articule las sanciones y también las alternativas para evitar esta práctica callejera, que, así y todo, está totalmente prohibida en Galicia desde que en febrero de 2021 se aprobase la Lei de Saúde de la Xunta. 

La ordenanza antibotellón acarrea ya tres años y medio de retraso. Fue el 10 de noviembre de 2017 cuando la entonces concejala de Servicios Sociales, Sofía Godoy, anunciaba la preparación de una Ordenanza de Concienciación Cívica, siguiendo la estela de muchas ciudades de España, que empezaron a regular esta actividad ilegal a partir del 2003. Desde entonces, y como en tantas otras cosas, el acuerdo se enquistó y la parálisis fue total, pese a que en 2018 el anterior gobierno local llegó a presentar un borrador. El 26 de noviembre de 2019, con la nueva corporación, se retomaba la comisión para elaborar esta ordenanza, que quedó frenada en enero de 2020, a raíz de la pandemia.  

Ahora, la concejala de Sanidade y Asuntos Sociales, Eugenia Díaz Abella, se puso como meta llevar a buen puerto esta ordenanza, más en estos tiempos de pandemia en que la hostelería está frustrada por sufrir restricciones mientras ve hordas de jóvenes consumiendo alcohol en la vía pública con total impunidad. 

Desde el BNG, Rhut Reza pidió “participación e consenso”, ya que esta ordenanza afecta a la convivencia cívica y debe ser “traballada de xeito transversal”, junto a la ordenanza de ruidos y la de veladores, teniendo en cuenta opiniones de hosteleros, colectivos de seguridad vial, anpas, colegios oficiales…

José Araújo, de Cs, preguntó a las distintas fuerzas “se temos claro que queremos prohibir o botellón”, pidiendo que se ahonde en ello y se evite “seguir enredando e tocando infinidade de puntos para acabar o mandato sen suprimir o botellón”. 

Sin embargo, desde el PSOE, Concha García Lozano insistió en que se tengan en cuenta “planes interdisciplinares”  de cada concellería implicada. “Si no, tendremos una ordenanza con mucho continente pero sin contenido. Hay trabajo que hacer desde Cultura, Deporte, Educación y Sanidad. La legislación y sanción ya la tenemos en la ley autonómica”. Además, como el BNG, pidieron ligar la ordenanza a veladores y ruido.

En esta línea, la concejala Eugenia Díaz Abella, sostiene que la ordenanza pivotará en dos plazos: por una lado la prohibición, regulación y sanción de consumo de alcohol en la calle y, por otro, programas de ocio alternativo o educativos que se deben elaborar por distintas concejalías, “pero no podemos esperar a esos programas para tener la ordenanza”.

 

Los precintos y la vigilancia policial vuelven a las calles el fin de semana

Este fin de semana volverán a precintarse las zonas habituales del botellón de la ciudad, después de que la Consellería de Sanidade decidiese incrementar las medidas para evitar este tipo de aglomeraciones y reducir así el riesgo de contagio entre la población de menor edad. Además, agentes de Policía Local y Policía Nacional volverán a coordinarse para intensificar la vigilancia en las calles del Casco Histórico durante la madrugada. El cierre del ocio nocturno en la urbe desde las 00,00 horas de este sábado podría provocar el incremento de botellones en la vía pública. 

Los pasados viernes y sábado, agentes de la Policía Local ya precintaron varios puntos conflictivos, como la Plaza de San Antonio o el Auditorio Municipal. Este fin de semana, varias patrullas de hasta 12 policías locales se encargarán de volver a perimetrar las zonas en las que son más habituales este tipo de aglomeraciones (plaza del Hierro, plaza de las Mercedes, Concordia con Santo Domingo, parque de la Zapatilla…). Agentes de la Policía Nacional, por su parte, se encargarán de patrullar a pie este tipo de espacios durante toda la noche, para evitar el consumo de alcohol en las vías públicas.

Desde el fin del toque de queda, el pasado mes de mayo, el botellón volvió con fuerza a la ciudad. Aunque los puntos más conflictivos se encuentran alrededor del Casco Histórico, lo cierto es que se han producido también en otros barrios.

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