El número de voluntarios de las entidades del tercer sector en Ourense va en aumento, reflejando la tendencia nacional que, según datos de la Plataforma del Voluntariado de España, es de un incremento de más del 6% en los dos años anteriores a la pandemia del covid.
Después de 2020, un año en el que se paralizaron ciertas actividades del voluntarido para no poner en riesgo la salud de los más mayores y de personas inmunodeprimidas. A pesar de estas limitaciones y precauciones, algunas de estas instituciones registraron un pico de nuevos colaboradores que, desocupados por los parones laborales de los meses de confinamiento, decidieron emplear su tiempo en colaborar desinteresadamente para la crisis sanitaria y social.
Beatriz Justo, responsable del programa de voluntariado de Cáritas, recuerda cómo la sociedad ourensana se volcó “cos brazos abertos” en los esfuerzos para paliar los estragos de la pandemia: “Houbo unha subida brutal das racións de alimentos, foi impresionante”, recuerda. Justo se congratula de que muchas de las personas que acudieron durante estos momentos tan decisivos decidieron seguir colaborando hasta hoy, sumando unos 200 cooperantes en la provincia.
Los 140 voluntarios de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en la provincia han tenido que renunciar a las actividades de acompañamiento en persona desde la irrupción del coronavirus, con excepciones puntuales, para proteger a los pacientes. Para las personas con el sistema inmunitario debilitado, la AECC ha adaptado el servicio de apoyo y atención para que se realice a distancia, a través de llamadas telefónicas, como explica Belén Pérez, coordinadora de voluntariado de esta asociación. Pérez, además, espera que “en breve la gerencia del CHUO permita retomar los talleres y las actividades” hasta retomar los niveles prepandemia ahora que están aumentando las solicitudes para ayudar.
