La orilla del Miño se libera de 38 kilos de basura

La limpieza, organizada por Cruz Roja, busca concienciar del impacto de los residuos

La sede provincial de Cruz Roja organizó una batida de recogida, análisis y reciclaje de residuos junto al río Miño. Esta actividad, parte de la campaña nacional “1m2 contra la basuraleza”, busca concienciar a la ciudadanía sobre los daños que estas basuras causan en el medio ambiente y en la sociedad.

El grupo de limpieza lo formaron 17 personas entre voluntarios de la organización y colaboradores, puntuales, divididos en cuatro grupos equipados con chalecos, pinzas extensibles y bolsas de diferentes colores para clasificar los residuos esparcidos en el tramo entre Portovello y As Lagoas. 

Uno de los equipos se dedicó al muestreo de una zona verde de 100 metros de extensión en las inmediaciones del viaducto ferroviario. Los desechos recuperados en esta zona se contabilizaron y guardaron para el análisis y la comparación con los datos nacionales de participantes en la campaña.

Ángela Ramallo, responsable provincial de Medio Ambiente y Comunicación de Cruz Roja, subrayó que las consecuencias del abandono y la posterior acumulación de residuos en espacios naturales no solo perjudica al medio ambiente: “Al final los que sufren un mayor impacto de la basura son las personas vulnerables”, un colectivo de alta prioridad para la entidad que representa.

La iniciativa “1m2 contra la basuraleza”, que este año celebra su sexta edición, es parte del Proyecto Libera, en el que colaboran la sociedad ornitológica SEO/Birdlife y la organización ambientalista Ecoembes. La Cruz Roja de Ourense se sumó por primera vez a esta acción, uniéndose así al esfuerzo de otros 92 puntos de encuentro e implicación de todo el país que ayer contaron con la participación de más de 1.800 personas.

A esta campaña Cruz Roja suma su compromiso por reducir su huella de carbono a nivel provincial, con el objetivo de conseguir la neutralidad de emisiones para el año 2030. La organización espera alcanzar esta meta a través de dos vías: ayudas a la mejora eficiencia energética en hogares y la repoblación de zonas deforestadas. Gracias a este proyecto, el consumo de la organización presenta una tendencia a la baja desde hace años, pero “hay que tener en cuenta que la pandemia redujo muchos gastos”, como apunta Ramallo.

Basura en cifras

Al final de dos horas de trabajo, se contabilizaron un total de 37,8 kilogramos de desperdicios.  Todos estos restos fueron depositados en contenedores de reciclaje: 13,9 kilos de envases, 5,8 de vidrio, 2,3 de papel y cartón, 12,8 de restos orgánicos y otros materiales, además 3 destinados al punto limpio.

Entre estos restos, los elementos más llamativos recuperados fueron la cisterna de un inodoro, una silla de oficina y trozos mobiliario doméstico.

Estas cifras acabarán formando parte de la base de datos de eLitter, una aplicación digital de clasificación de residuos. Esta herramienta, desarrollada por la Asociación Vertidos Cero, sirve para catalogar y definir el origen residuos para facilitar su eliminación.

Desde Cruz Roja subrayan que cualquier individuo o agrupación con interés en organizar limpiezas del entorno natural dispone de esta app y de la posibilidad de registrarse en el Proyecto Libera, la cual proveerá equipos y herramientas.

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