Los efectos de las elevadas temperaturas en la salud se dejan ver en las consultas de Atención Primaria en la provincia. Al margen de aquellas más graves, como golpes de calor, los facultativos atienden en verano a multitud de pacientes con dolencias como otitis, retención de líquidos o alergias cutáneas.
El sanitario Luis Prieto, jefe de Atención Primaria en el centro de salud de A Carballeira, destaca las numerosas consecuencias del calor en la salud en todos los tramos de edad. “Estos días estamos viendo muchas enfermedades de la piel, desde foliculitis (poros infectados) por el sudor a alergias cutáneas o eccemas”, señala. Además, Prieto también destaca el incremento de picaduras de todo tipo de insectos: “Vemos picaduras de araña, de avispas… este año las de garrapata aumentaron mucho, porque hay una plaga en todo el país”.
Las infecciones de orina también son muy comunes en la época estival, sobre todo en las mujeres -el tracto urinario es más corto-. “El pasado fin de semana trabajé en el Punto de Atención Continuada (PAC) de la ciudad y la mitad de pacientes que atendí tenían cistitis”, detalla. Las causas de esta patología son variadas, desde las altas temperaturas a la humedad de los bañadores. Las otitis también están vinculadas con el calor, ya que aumentan al bañarse en piscinas o playas. “En el agua hay muchos gérmenes, y no es difícil que causen una infección”, apunta Prieto.
Por otra parte, la exposición al sol continuada -especialmente durante las horas centrales del día- puede provocar mareos, lipotimias, quemaduras, calambres musculares o retención de líquidos. “No nos damos cuenta, pero por la sudoración perdemos sales y agua, por lo que necesitamos beber mucho líquido para contrarrestrar los efectos”, explica.
El uso de aire acondicionado puede provocar complicaciones en las vías respiratorias (faringitis o laringitis, por ejemplo), además de dolores musculares. “Viene mucha gente a consultarse por dolor en el cuello o en la espalda sin saber que es por culpa del aire”, asegura.
Consecuencias psicológicas
Al margen de las dolencias físicas, el calor también provoca consecuencias a nivel psicológico. “Hay muchos estudios que demuestran que las altas temperaturas nos provocan más estrés y más ansiedad”, destaca Luis Prieto.
La población descansa peor por las noches, lo que eleva los niveles de irritación y agresividad. “Razonamos mucho peor que en condiciones normales, por lo que hay más violencia”, apunta.
Prieto también destaca otra consecuencia del calor, el retraso de partos. “Es como si la naturaleza supiese que no es una buena época para nacer y que es mejor esperar”, apunta.
