Crónica

Ourense no se va a la cama

Las calles abarrotadas y los pubs completos durante la noche del jueves.
photo_camera Las calles abarrotadas y los pubs completos durante la noche del jueves.
Esta vez si: el ocio nocturno volvió a reabrir con todas las de la ley. Los pubs completaron su limitado aforo -del 50%- y  en el exterior se repitieron algunos clásicos nocturnos. Golpes, besos  y vomitonas incluidos en el cocktail de la noche.

El ocio nocturno despertó definitivamente tras un largo letargo de un año en el que los hosteleros no pudieron facturar. El jueves fue  su día. Las persianas volvieron a abrir  y nadie quiso perderse la cita  con los pubs. Sus dueños, entre la emoción y el miedo, el control y las copas, hacen un balance positivo y no se plantean volver atrás. Otros, con menos esperanzas, servían como si fuese la última vez. 

Las realidades en el interior y el exterior fueron paralelas: en la pista de baile no faltaron las mascarillas, los excesos se quedaron en la calle donde la noche resurgió con todas sus características. Allí no faltaron vomitonas, peleas, amantes -afianzados o esporádicos- y conversaciones con desconocidos, una combinación que obligó a los cuerpos de seguridad a intervenir en varias ocasiones.  Entre otras, la Policía Local acudió a algunas viviendas por avisos vecinales de ruido o por cabos sueltos que bajo los efectos del acohol dembulaban en medio de la carretera.

"Confío en que no cerrarán"

Blancos y negros. Entre los hosteleros hay quien teme que el ocio nocturno ourensano sufra lo mismo que el pontevedrés y cierre de nuevo. Diego Novoa, del pub Keops, hizo una valoración muy positiva de la noche del jueves: “Estamos muy contentos, estuvimos a reventar dentro del aforo permitido y se cumplieron sin problema todas las medidas”, señala. Sin embargo, el empresario afirma que “puede que volvamos a chapar. De nada vale que los pubs cierren a las 3 si después se va a juntar la gente en una esquina y van a estar todos juntos”. Cree que si pudiese abrir hasta las 5, la situación sería distinta. 

Una visión más positiva es la de Serafín Rodríguez, alias ”Chiki”, de La chica de Ayer, que espera que no vuelvan a cerrar: “Confío en que no, pero el referente de Pontevedra me da miedo”. Sin embargo, con las miras puestas en lo que viene, opina que este fin de semana será cuando “se empiece a jugar”.  En su caso tienen una clientela fiel que ayer les dio la bienvenida: “Es un público de entre 30 y 40 años que entre semana suele trabajar, por eso contamos con él fin de semana”, relata Rodríguez.

Te puede interesar