El periodista ourensano narra las intrigas y luchas de poder papales

Palomares mira hacia Roma en su nueva novela

Alfonso Palomares, ayer en Madrid. (Foto: ÁNGEL DÍAZ)
'El evangelio de Venus' fija su mirada en la Roma del siglo X, cuando ordenaron desenterrar al papa Formoso, vestirle solemnemente y someterle a juicio para posteriormente arrojar sus despojos al río Tíber. Quien lo recupera es el periodista ourensano Alfonso Palomares en su última novela, publicada por la editorial Edhasa. De este modo, el Alto Medievo Italiano -conocido también como 'la época pornográfica'-, en el cuatro décadas vieron caer a 15 papas seducidos para su desgracia y muerte, sirve de escenario a una historia llena de intrigas y luchas de poder.
'Este es el libro de toda mi vida, lo he reflexionado y vivido íntimamente. Lo que he querido ha sido contar la historia de una época terrible, en la que tres mujeres, la emperatriz Ageltrude de Spoleto y Teodora y Marozia -madre e hija pertenecientes a la poderosa familia Túsculo, dominaron el papado de una época absolutamente masculina y machista'. Con estas palabras explicaba la esencia de la obra su propio autor, que dice haberse dejado seducir por la época hace 40 años, al leer 'La Italia de los siglos oscuros', de Indro Montanelli.

De ese 'alegato en favor de la mujer' es de donde nace el título de la nueva novela del autor de 'Los laberintos del espejo' o 'Te amaré después siempre', que ahora narra sobre papas desenterrados, curas y obispos que alcanzan el papado tras amar a las tres mujeres protagonistas, que urdían sus estrategias en la primera línea de un poder eminentemente masculino que acabará por engullirlas.

Aunque de ficción, la obra de Palomares está llena de verosimilitud, puesto que 'todos los personajes y sucesos son reales'. Para él, el mayor reto creativo de este libro está en el juicio al papa Formoso, al que desterraron nueve meses después de muerto, porque las actas de ese juicio fueron destruidas. Alfonso Palomares dedica 'El evangelio de Venus' a su esposa, Ana Tutor, fallecida en 1998, por ser la historia 'que le contaba al oído' en sus visitas a Italia.

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