El patrimonio anegado por los embalses ourensanos abre investigaciones

El drástico vaciado de embalses ha permitido, en los últimos meses, que turistas y vecinos de los pueblos inundados por la construcción de presas en el siglo pasado volviesen a pisar, tres décadas después, lo que antaño fue su casa. Es lo que ocurre con el paisaje de Aceredo, el pueblo que se “tragó” Lindoso. La reaparición de estos lugares que quedaron sumergidos engancha a los investigadores y abre nuevas teorías sobre patrimonio del que incluso se desconocía su existencia. No solo eso, sino que reivindican que estas zonas sean un “revulsivo” en su territorio que, en el caso ourensano, coinciden con la España vaciada. Begoña Fernández Rodríguez (Vigo, 1967) es la investigadora principal del proyecto nacional “Nuevos paisajes olvidados. Agua, patrimonio y territorio cultural”, liderado desde la Universidad de Santiago y financiado por el Ministerio de Ciencia, en el que historiadores del arte estudian los bienes que quedaron afectados por la construcción de embalses en las cuencas del Miño y del Sil. De momento, ya hay conclusiones sobre As Conchas, la primera presa construida por Fenosa en Galicia. Le seguirán en el trabajo de campo otros como Salas y Os Peares. “Uno de los casos de bienes perdidos por la inundación en As Conchas es el campamento romano Aquis Querquennis, aunque también hay puentes de origen romano que aparecen y reaparecen de vez en cuando. Pero lo que detectamos es que este patrimonio no es el único afectado. El patrimonio que hasta ahora pasó totalmente desapercibido es el generado con la construcción del propio embalse, la obra pública. En As Conchas hay un poblado hidroeléctrico abandonado y hay que reclamar atención sobre este patrimonio, pero también tenemos un nuevo patrimonio: el paisaje cultural que se genera y las posibilidades de los nuevos paisajes como recurso para la zona. Queremos lograr que ese elemento traumático se convierta en un elemento de sostenibilidad para las poblaciones. Estudiamos dar respuesta a esas entidades que, por desgracia, coinciden con la España vaciada”, subraya la investigadora. Las posibilidades del patrimonio que ahora ve la luz por el vaciado de embalses forman parte de un acuerdo de los investigadores con la Federación Nacional de Asociaciones y Municipios con Centrales Hidroeléctricas y Embalses (Femembalses). La situación sanitaria dificultó el trabajo, “incluso las visitas, pero en el primer trimestre de 2022 esperamos empezar a estudiar la cuenca del Sil”. “La afectación del patrimonio por la construcción de embalses es un tema que aún está por trabajar en España. Una obra pública no se puede frenar, pero sí se puede paliar el impacto sobre los bienes y España, en actuaciones de patrimonio, ha sido pionera”, defiende Fernández. Estudian una “misteriosa” iglesia trasladada en una parroquia de Bande Las primeras conclusiones del proyecto nacional que lidera la historiadora del arte Begoña Fernández forman parte de un artículo científico reciente. “Huellas sumergidas en el ‘río del Olvido’. Embalse de As Conchas, la Vía Nova y su Patrimonio Cultural” habla, entre otras cosas, de hipótesis relacionadas con una iglesia de la aldea de San Xoán de Os Baños, en Bande. “La iglesia será un elemento que vamos a seguir estudiando porque nos ha llamado la atención. Nos abre una vía de trabajo con la que no contábamos. Es curioso que el único elemento que indica parte del mantenimiento de la memoria es que la inscripción que figura en su dintel es de 1950. Está descontextualizado”. La hipótesis es que fue trasladada: “Igual que otros monumentos, pero al no ser considerada una obra de categoría, la documentación es más escasa”. Fernández va más alla: “Se cree que el templo fue trasladado sin proyecto previo, sino que debió de ser una obra relacionada con un taller de canteros locales o bien trabajadores relacionados con la construcción de la presa. Se cree que 1950 sería la fecha en la que se acometió y es, este mismo año, en el que se sabe que se está llevando a cabo un proyecto de restauración en la cercana iglesia de Santa Comba de Bande, dirigido por Luis Menéndez Pidal y Francisco Pons Sorolla”. La investigadora plantea que el propio Sorolla “asesorase” el traslado de la iglesia parroquial.