Sólo 19 de los 49 playas fluviales de la provincia fueron declaradas por Sanidade aptas para el baño

¡Es peligroso bañarse!

Las pozas de Melón son una de las zonas de baño no controladas. (Foto: Archivo)
La Consellería de Sanidade sólo concedió la categoría de ‘zonas de baño’ a 19 playas fluviales de las 49 que son utilizadas con frecuencia por los bañistas en la provincia. La falta de catalogación provoca que carezcan de socorristas o voluntarios de Protección Civil e incluso no se realicen controles de calidad del agua. A largo de la provincia son 30 las zonas que utilizan los bañistas para darse un ‘chapuzón’, sin vigilancia. En ninguna de ellas hay carteles advirtiendo del peligro que conlleva arrojarse al agua.
Tan sólo 19 de los 49 espacios que hay en los ríos ourensanos para darse un ‘chapuzón’ fueron catalogados por la Consellería de Sanidade como ‘zonas de baño’. Son las mismas que los últimos dos años y la catalogación conlleva que los bañistas deben tener cerca un socorrista e incluso una caseta con sanitarios de Cruz Roja o Protección Civil. ‘En todos los lugares autorizados para baño debe haber un socorrista, así lo exige la legislación’, afirma la directora xeral de Protección Civil, Esther González.

Los ourensanos y visitantes que acuden a la provincia disponen de otras 30 zonas, situadas en ríos y embalses que, según afirmaban ayer desde la Consellería de Sanidade, carecen de vigilancia e incluso de controles para analizar la calidad del agua, dado que parte de ellas, caso de las situadas en A Bola, Celanova, Verín, O Barco y Monterrei, están a escasa distancia de colectores de aguas residuales.

En los pocos días que se lleva de verano, este tipo de espacios ya se cobraron la vida de dos personas, una falleció en el embalse de Salas y la otra en el río Arnoia, a su paso por Allariz. En ninguno de ellos hay colocado un cartel advirtiendo de los peligros que conlleva bañarse en la zona.

Otros lugares

A los 30 espacios no vigilados hay que añadirle otros tres, uno de ellos en Montefurado, en Quiroga (Lugo), a escasos cuatro kilómetros de A Rúa, un paraje que atrae a incontables bañistas ourensanos para zambullirse al cauce del río Sil. Los otros dos son playas fluviales en los ríos Búbal y Salas, entre los municipios de Cualedro y Calvos de Randín y el vecino portugués de Montalegre.

Protección Civil vigila el río Miño

Las playas fluviales declaradas aptas para el baño fueron inspeccionadas por los técnicos de la Consellería de Sanidade en el mes de mayo y se encuentran en Beariz, Chandrexa, Entrimo, Muíños, Castro Caldelas, A Gudiña, Vilariño de Conso, Avión, Bande, Baltar, Os Blancos, Laza, Porqueira, A Veiga, Vilardevós y Ourense. En algunos de los concellos coincide que, pese a tener una playa fluvial autorizada, los bañistas optan por refrescarse en espacios del río que no están vigilados. En el río Miño, a su paso por la ciudad, hay cinco espacios que utilizan los bañistas para tomar el sol y darse un ‘chapuzón’ y otro en el río Loña, pero la Consellería de Sanidade sólo autorizó ‘zonas de baño’ en A Chavasqueira y la playa conocida como la de Antena. Protección Civil recorre en una zódiac el cauce del río varias veces al día, entre la presa de Velle y Eirasvedras, para evitar posibles accidentes ante la afluencia de bañistas en ambas orillas. La calidad del agua en las playas fluviales autorizadas está controlada por la Consellería de Sanidade para evitar riesgos. Por su parte, el Ministerio de Sanidad tiene en funcionamiento un soporte informático, que ofrece información concreta y actualizada sobre el agua y el entorno de los espacios que son aptos para bañarse.




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