La Audiencia de Pontevedra, donde fue juzgado, asegura que amenazaba a sus víctimas

Penado a 25 años por agredir sexualmente a dos menores

Un ourensano de 43 años identificado como David C.V. ha sido condenado a 24 años, ocho meses y un día de cárcel por los delitos de agresión y abuso sexual, amenazas, y elaboración de material pornográfico, cometidos contra dos menores en Vigo. En la sentencia, dictada por la sección quinta de la Audiencia de Pontevedra, se condena al acusado, además, por un delito intentado de corrupción de menores, y se establece la prohibición de acercarse o comunicarse a las víctimas durante un período de cinco a 10 años. Asimismo, el tribunal establece el pago de indemnizaciones por valor de 84.000 euros.
El tribunal considera probado que el acusado contactaba con sus víctimas a través de chats de internet y, mediante engaños, quedaba con ellos para mantener relaciones sexuales bajo amenazas.

Así, en uno de los casos, contactó en 2002 con un niño de 12 años, con el que tuvo varios encuentros sexuales con el pretexto de que le regalaría un teléfono móvil. Después de verse en varias ocasiones -en las que el acusado llegó a hacer fotos de contenido sexual al menor-, mantuvieron contacto telefónico durante dos años y luego se cortó la relación.


CONTACTO Y AMENAZAS

Sin embargo, David C.V. logró contactar con este menor en 2009 y le amenazó con publicar las fotos que le había hecho años atrás si no quedaban nuevamente o si no le ayudaba a buscar a otros menores para mantener relaciones. El chico denunció estos hechos y se citó con el acusado en la estación de autobuses de Ourense, donde fue detenido por la Policía.

En el caso de la otra víctima, el acusado también contactó con él por internet y también le grabó un vídeo. Posteriormente, con la amenaza de que lo divulgaría y asegurándole que formaba parte de una 'mafia serbia' que captaba menores, le obligó a mantener encuentros sexuales 'una o dos veces al mes' con él durante dos años, en los que grabó vídeos e hizo fotografías. Además, durante todo ese tiempo, mantenía contacto telefónico continuo con el menor, le llamaba varias veces al día, le daba indicaciones sobre cómo debía vestirse, e incluso intentó que se hiciese fotos en actitud sexual con su hermano, todavía más joven que él.

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