La perrera municipal de Ourense, gestionada desde el año 2000 por Progape, Asociación Protectora de Animales, y por el Concello de Ourense, alimenta, desparasita y cuida en este momento hasta 600 perros y gatos abandonados. Son cada vez más, precisa la asociación, y aunque hay un notable número de adopciones, el verano es especialmente proclive al abandono de mascotas, por lo que el número no baja aunque sí se mantiene.
La perrera recibe una media de seis o ocho animales al día. Durante el año de 2011 casi 500 animales fueron adoptados, por lo que hay un cierto equilibrio que no llega a desbordar las instalaciones, como ocurrió en algunos momentos.
En el albergue canino de Ourense, ubicado en Vilar de Astrés, trabajan cinco personas, incluido un veterinario, además de los voluntarios que se acercan durante toda la semana y, sobre todo, el fin de semana para ayudar, pasear y jugar con los animales allí atendidos.
La perrera municipal está dividida en seis patios para cubrir las necesidades de los animales que acoge. Hay dos patios de hembras y dos de machos, a los que se suman dos patios mixtos en los que conviven ambos sexos esterilizados, todos tienen jaulas abiertas y zonas cubiertas para los días de frío y lluvia. Enfrente de cada uno se encuentran 15 jaulas especiales para aquellos perros que están en circunstancias diferentes por heridas, cuarentena o porque son más propicios a causar problemas en los patios.
También cuenta con una zona especial para las hembras que están preñadas o para los animales más ancianos ya que sufren más las inclemencias del tiempo, los ruidos y tienen comida especial.
Pero una de las últimas novedades es la gatera, que acoge a 80 gatos en tres zonas diferentes. La perrera municipal también cuenta con un quirófano y un hospital en el que los animales son tratados de sus lesiones, heridas e incluso operaciones y postoperatorios. Además de la oficina en la que se atiende a las personas interesadas en obtener información.
En el albergue canino de Ourense, ubicado en Vilar de Astrés, trabajan cinco personas, incluido un veterinario, además de los voluntarios que se acercan durante toda la semana y, sobre todo, el fin de semana para ayudar, pasear y jugar con los animales allí atendidos.
La perrera municipal está dividida en seis patios para cubrir las necesidades de los animales que acoge. Hay dos patios de hembras y dos de machos, a los que se suman dos patios mixtos en los que conviven ambos sexos esterilizados, todos tienen jaulas abiertas y zonas cubiertas para los días de frío y lluvia. Enfrente de cada uno se encuentran 15 jaulas especiales para aquellos perros que están en circunstancias diferentes por heridas, cuarentena o porque son más propicios a causar problemas en los patios.
También cuenta con una zona especial para las hembras que están preñadas o para los animales más ancianos ya que sufren más las inclemencias del tiempo, los ruidos y tienen comida especial.
Pero una de las últimas novedades es la gatera, que acoge a 80 gatos en tres zonas diferentes. La perrera municipal también cuenta con un quirófano y un hospital en el que los animales son tratados de sus lesiones, heridas e incluso operaciones y postoperatorios. Además de la oficina en la que se atiende a las personas interesadas en obtener información.
