Ser uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad no es garantía de buena imagen. Ese es un lastre que arrastra desde hace años el Puente Romano, que periódicamente se ve perjudicado por la maleza que campa a sus anchas por sus centenarias piedras. A este mal efecto se une también el ataque de los vándalos, especialmente a los pilares del puente, que los más incívicos han convertido en auténticas pizarras para dejar sus mensajes -principalmente, sus nombres de pila-.
Junto a este (mal) comportamiento ciudadano, la inacción de las administraciones castigan al Puente Romano, Bien de Interés Cultural junto a la también maltrecha capilla de Os Remedios, que permanece en ruinas desde que un incendio la calcinase en julio de 2010. Así, la Asociación para a Defensa da Natureza (Adega) registró a principios de semana un escrito en la Subdelegación del Gobierno dirigido al conselleiro de Cultura, Jesús Vázquez, alertando del 'estado de abandono e descoido imperdoable'. El colectivo ecologista criticaba 'as silveiras que soben polos muros e as matogueiras crecendo xa sen control' por el monumento.
Por su parte, la Xunta reconocía ayer que es de su competencia de la limpieza y mantenimiento de monumento, al ser Bien de Interés Cultural, y aseguraba que el próximo año se ejecutarán labores de limpieza en el mismo. Unos trabajos que, afirmaban fuentes de la administración autonómica, deben realizarse en una época en la que no abunden las lluvias, por lo que 'posiblemente se fagan na época estival'.
Al margen del estado de este monumento, las orillas del Miño en el tramo comprendido entre los puentes tampoco se encuentran en su mejor situación. La basura es visible en distintos puntos de la ribera, como la desembocadura del Barbaña. La actual concejala de Medio Ambiente, Susana Bayo, mostró ya su interés por la limpieza de las márgenes del río aunque en coordinación con la Confederación Hidrográfica, que tiene la competencias sobre el cauce.
Por su parte, la Xunta reconocía ayer que es de su competencia de la limpieza y mantenimiento de monumento, al ser Bien de Interés Cultural, y aseguraba que el próximo año se ejecutarán labores de limpieza en el mismo. Unos trabajos que, afirmaban fuentes de la administración autonómica, deben realizarse en una época en la que no abunden las lluvias, por lo que 'posiblemente se fagan na época estival'.
Al margen del estado de este monumento, las orillas del Miño en el tramo comprendido entre los puentes tampoco se encuentran en su mejor situación. La basura es visible en distintos puntos de la ribera, como la desembocadura del Barbaña. La actual concejala de Medio Ambiente, Susana Bayo, mostró ya su interés por la limpieza de las márgenes del río aunque en coordinación con la Confederación Hidrográfica, que tiene la competencias sobre el cauce.
