El viejo hostal San Miguel será un hotel de 24 plazas a final de año. Los propietarios, los mismos del hostal Cándido, han encargado ya la demolición interior y muy cerca Flavio Morganti abrirá un nuevo local hostelero.
El esplendor de los establecimientos, incluso de las calles, se labra en décadas, en el mejor de los casos, pero se pierde en días. Recuperarlo es tarea titánica. La calle San Miguel, en la ciudad, era una arteria vital en el casco histórico, pero el manto de la crisis le cubrió durante más tiempo del deseado. Desde hace algunos meses ya hay ruido de piqueta, no para destruir, sí para reconstruir, y algunos locales han colgado el cartel de "abierto". El pasado lunes comenzó el vaciado del edificio del antiguo hostal San Miguel, cerrado desde hace años, para convertirlo en hotel. Muy cerca, en el entorno de Santa Eufemia, el Café Real ha sido alquilado para una nueva actividad hostelera y al lado, Flavio Morganti, de Restaurante Galileo, abrirá un nuevo negocio del sector.
Cándido Martínez Orbán (48 años) es el titular del hostal del mismo nombre (20 plazas), en la calle Hermanos Villar, en un edificio propiedad de su padre. Él y su hermano Julio han constituido la sociedad Martínez Orban S.C. para convertir en hotel un edificio de los años 70 y de dudosa estética, que acogió durante años el hostal que era propiedad de los dueños del restaurante anexo, y familiares directos suyos. El proyecto de rehabilitación del hotel lleva la firma del estudio de arquitectura de Alberto de Paula. "Haremos una rehabilitación total y acorde a la zona porque es un edificio inadaptado desde el punto de vista medioambiental". Explica también que "los muros de fachada irán sin balcones" y que el conjunto de la intervención "la haremos con criterios y tecnología contemporáneas".
Las obras durarán unos ocho meses por lo que a final de año será ya una realidad un hotel que "es una apuesta por el casco histórico y por la calle, que estaba un poco olvidada", como destaca Cándido Martínez Orban, socio con su hermano del futuro establecimiento. El hotel tendrá 24 plazas que se distribuirán en doce habitaciones "muy amplias y confortables", según Cándido. Todo el edificio acogerá el hotel: en el sótano habrá dependencias como lavandería o almacenes. En la planta baja estará la recepción y la cafetería, sin servicio desde el cierre del restaurante San Miguel, de la que dependía. La entreplanta quedará reservada para eventos y las habitaciones ocuparán las dos plantas siguientes. Por lo tanto, el futuro hotel contará con una superficie estimada de mil metros cuadrados, según la propiedad.
"Estos negocios creo que darán mucha vida a esta calle y serán un buen reclamo para el turismo", subraya Cándido Rodríguez. De todos modos, pese a transmitir ilusión por el proyecto, ve que "el momento no es demasiado bueno para invertir y la recuperación de la que nos hablan no la veo por ningún lado". Por otra parte, también lamenta "que hubiésemos esperado los permisos del Concello desde hace dos años".
OTROS NEGOCIOS
Muy cerca del futuro hotel también se mueve el sector. Castor Novoa, que ya gestiona otros negocios de hostelería en la ciudad, acaba de alquilar el local del antiguo Café Real en la plaza de Santa Eufemia y al lado, Flavio Morganti, dueño del restaurante Galileo prevé abrir un negocio "que será una oferta complementaria de lo que hay en la zona, que no hará competencia directa".
Por el momento Morganti no es partidario de dar muchas pistas sobre qué linea seguirá, pero sí destaca que "será una oferta novedosa, replicaremos en Ourense el modelo de negocio que ponemos en marcha en Madrid". El restaurador define su apuesta como "un concepto moderno, actual en un espacio reducido pero que quedará muy bonito".
La zona más céntrica del casco histórico intenta revivir y recuperar el esplendor de antaño. Que lo consiga dependerá de la evolución de la situación económica, pero sobre todo también del acierto en el modelo de negocio elegido por los empresarios.
