El presidente de la asociación de comerciantes de la Plaza de Abastos de Ourense, Emilio González, reconoció ayer que el colectivo de placeros está viviendo “momentos difíciles” por la incertidumbre del futuro del edificio del mercado ahora en obras, al no existir un plan para su explotación.
“No sabemos cómo va a ser el traslado y eso es una dificultad para nosotros”, señaló González, que reconoció no obstante que sí existe “diálogo” con el Concello, “pero nada más”, lamentando que sea imposible poner un plazo para regresar a su ubicación normal: “No puede haber una fecha cuando está sin hacer la urbanización del entorno y quede una obra diáfana”.
La reforma del edificio no culminará, según trasladó recientemente el alcalde de la ciudad, Gonzalo Pérez Jácome, hasta junio y después todavía quedarían varios trámites por realizar para urbanizar la zona y diseñar el interior del inmueble. Si todo va bien, el regreso de los placeros no sucedería hasta los primeros meses de 2023.
