La contaminación por productos químicos destinados a la agricultura y el déficit de los saneamientos lastran los cauces

El Plan Hidrológico Miño-Sil alerta del mal estado de 77 tramos fluviales

Embalse de Castrelo de Miño, uno de los tramos con deficiencias. (Foto: Miguel Angel)
El Plan Hidrológico de la Confederación Miño-Sil, desde ayer en fase de información pública para su entrada en vigor en torno a mediados del año 2012, dispone del exhaustivo estudio sobre el estado y la planificación de las cuencas para los próximos seis años.
De las 278 masas de aguas superficiales (tramos de ríos, lagos, embalses, aguas de transición y costeras) en que se divide la Demarcación Hidrográfica del Miño-Sil, una mayoría (197) mantiene sus aguas en un relativo buen estado. Sin embargo, en 77 de esas masas o tramos, el agua se encuentra en un estado ecológico 'moderado', 'deficiente' o directamente 'muy malo'. Las perspectivas de mejora en 28 de esos casos no serían realistas más que en un horizonte de tiempo que nos sitúa en el año 2027, y en otros 15, en el año 2021. El resto deberían llegar al 2015 -plazo que, salvo excepciones, marca como límite la directiva de la Unión Europea de la que emana la elaboración del Plan Hidrológico- en un buen estado tanto ecológico como químico.

El presidente de la Confederación Hidrográfica, Francisco Fernández Liñares, y el jefe de la Oficina de Planificación Hidrológica, José Álvarez Díaz, se refirieron ayer, al citar las masas de agua más deterioradas en la provincia de Ourense, a numerosos tramos del río Limia. En este caso, 'el problema viene dado por la contaminación por nitratos, cuyo uso se deriva del monocultivo de la patata'. Zonas de la laguna de Antela o los arroyos de Carballeda y Faramontaos, o tramos de los ríos Miño (zona de Castrelo), Casaio, Mao, Loña o Barbaña componen el resto del mapa hidrográfico que el plan pretende recuperar.

El estudio de las distintas masas de agua y el trazado de objetivos está seguido de un amplio paquete de medidas. 'En total, se detallan 1.491 actuaciones agrupadas en 1.032 medidas', señaló José Álvarez Díaz, que disponen de 'un presupuesto de 840 millones de euros a invertir hasta 2015 por parte de las distintas administraciones con competencias'. El real decreto que acompaña al plan propone que 'tengan prioridad las inversiones en masas de agua que se encuentren en mal estado'.

Las medidas recogidas quedan distribuidas en siete grupos: saneamiento y depuración; abastecimiento; mejora de regadío; gestión de inundaciones; restauración de masas de agua, zonas húmedas y masas forestales; energía, y administración. Su distribución deja ver claramente dónde se hallan los verdaderos déficits de las cuencas, ya que casi el 75 por ciento de las acciones a desarrollar tienen que ver con problemas de saneamiento y abastecimiento.


LA DISPERSIÓN POBLACIONAL

La demarcación Miño-Sil tiene su caballo de batalla en la 'dispersión poblacional, con núcleos que en ocasiones no están compuestos más que por dos o tres viviendas', y eso dificulta un correcto saneamiento, indicó Francisco Fernández Liñares. En el ámbito competencial de la Confederación existen más de 11.000 núcleos de población. A modo de ejemplo, el futuro plan incorporará 494 medidas (el 47 por ciento) referidas al saneamiento y la depuración de aguas, cuya ejecución exigirán una inversión total que asciende a 333 millones de euros.

Los responsables de la Confederación Hidrográfica defendieron la necesidad del plan para garantizar la sostenibilidad del agua. Fernández Liñares presagió que, en una década, en el norte de España comenzarán a vivirse años hidrológicos duros. Hay ya datos, señaló, que así lo presagian, como la subida de las temperaturas y la caída del nivel de las precipitaciones. En el último año aportaron a las cuencas de la demarcación un total de 21.308 hectómetros cúbicos, de los que un 39 por ciento en el caso del río Sil se evaporan a la atmósfera; en el caso del Miño Alto, el porcentaje se eleva al 46 por ciento. 'La tendencia se agudizará. Los recursos hídricos irán a menos', afirmó el máximo responsable de la Confederación.

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