Población del resto del Estado mantiene el padrón provincial

Las raíces familiares de los hijos de la emigración, las oportunidades o traslados laborales o la revalorización del modelo de vida en el rural son algunas de las razones que esgrimen los alcaldes ourensanos a la hora de explicar la cada vez mayor presencia de vecinos nacidos en otras comunidades autónomas en el padrón municipal. Una realidad que ha permitido frenar la grave pérdida poblacional en la provincia, que desde el cambio de siglo ha visto mermar un 10% el padrón (de 345.241 a 307.651 habitantes), y situar a los nacidos en otras regiones españolas en cifras del 6% del total (18.727 personas, según datos de 2019). Porcentualmente, la población del resto del Estado tiene mayor peso en municipios como Rubiá, donde representa el 13,42% del total (187 de los 1.393 habitantes han nacido en otra comunidad autónoma). Le siguen A Mezquita con un 12,51% (128 de 1.023), O Barco de Valdeorras con 11,59% (1.553 de 13.395), Allariz con 11,19% (693 de 6.188) y, en el 9%, están concellos como Vilamartín de Valdeorras (177 de 1.790), Verín (1.246 de 13.723) o Parada de Sil (49 de 538). Los regidores de Rubiá y A Mezquita Elías Rodríguez y Rafael Pérez, respectivamente, mostraban su sorpresa por liderar el ránking provincial. En el caso de Rubiá, el alcalde apuntaba al regreso de personas jubiladas de la emigración. Mientras que en A Mezquita, la fluctuación -según Rafael Pérez- sería temporal al estar vinculada a la presencia de los trabajadores del AVE. En cifras absolutas, las mayores concentraciones de vecinos naturales de otras comunidades autónomas se concentran en la capital de As Burgas (con 6.564 personas), seguido de O Barco (1.553), Verín (1.246), Allariz (693), Barbadás (667), O Carballiño (628) o Xinzo de Limia (568). La gran mayoría de los concellos de la provincia ha visto como, en la última década, el padrón municipal frenaba su sangría, en parte, por la llegada de vecinos nacidos en otras comunidades. Solo en 24 de los 92 concellos de la provincia, entre los que se encuentra una única capitalidad (Ribadavia), cerraba en negativo este capítulo. El carácter emprendedor de algunos de ellos ha contribuido, a su vez, a la reactivación económica en algunos de los concellos del rural, como es el caso de Parada de Sil. O Barco o Allariz Desde la capital de Valdeorras, con una estrecha relación social y empresarial con la comarca leonesa del Bierzo, el alcalde Alfredo García comenta que "sí que parece razonable que exista esa presencia de vecinos oriundos de Castilla y León". No obstante, García va más allá y apunta que "me atrevería a decir que tenemos vecinos de todas las comunidades autónomas" y que acuden, "fundamentalmente", por temas laborales. "Vienen aquí para trabajar y se quedan", dijo. En Allariz, municipio con una estrecha y arraigada vinculación con la comarca organizativa vasca del Bajo Deba, la alcaldesa, Cristina Cid, relacionaba esta presencia de residentes no gallegos con el aumento progresivo e ininterrumpido que ha registrado el municipio desde que lideran el proyecto municipal. En el año 2000, Allariz tenía 5.158 vecinos (354 nacidos en el resto del Estado), cifra que ha ascendido hasta los 6.188 habitantes (y 693) en 2019. "Aquí temos un pouco de todo, xente que se asenta en Allariz polos lazos familiares, pero tamén hai persoas que chegaron sen ningún vínculo ou outras froito dun traslado laboral, ben sexa polas obras do AVE ou pola actividade empresarial. Calidade de vida", resume Cid sobre un municipio bien comunicado y con los principales servicios que se encuentran en las grandes ciudades. Emprendedores Darío Conde, vasco afincado en Allariz Un establecimiento de turismo rural es el penúltimo proyecto que el guipuzcoano Darío Conde está liderando en Allariz, concello donde están sus raíces paternas y al que se mudó hace unos años para protagonizar una activa carrera emprendedora. "Empecé trabajando en una empresa, pero luego ya me lancé a emprender; el corazón es un mal consejero", comenta quien lanzó al mercado una cerveza artesana y montó un restaurante especializado en carne de buey, negocios que ya ha traspasado. "Me quedan ocho bois", dice. Luis Raba, madrileño en Parada de Sil Luis Raba y María Jesús Espinar, naturales de Madrid, pusieron en marcha en mayo la primera gasolinera de Parada de Sil, "gracias al apoyo de Abanca y el Concello; creemos que este municipio, situado en plena Ribeira Sacra, tiene un importante futuro turístico", explican. Raba llegó por primera vez a Parada en 2013, "junto con mi mujer, nos enamoramos del lugar y decidimos trasladar nuestra residencia aquí con nuestros dos hijos", señala. Montaron un par de casas rurales "que están funcionando muy bien".