Los agentes excavaron un monte en Valença do Minho para buscar el cadáver del empresario

La Policía lusa encuentra ropas que la hija de Collarte sospecha que podrían ser de su padre

La localidad de Cerdal, a la que pertenece el monte en el que se buscó al empresario.
La Policía Judiciaria portuguesa dispone de pistas que podrían arrojar luz en los próximos meses sobre la desaparición del empresario Guillermo Collarte. Los agentes removieron un monte de la localidad de Cerdal, entre Valença y Vilanova de Cerveira (Por tugal) buscando el cadáver del empresario, pero tan sólo encontraron ropas viejas. La hija, Berta, que presenció la búsqueda, sospecha que una tela azul que había entre los restos podría corresponder a la cazadora que vestía su padre el día que desapareció.
Nueve años lleva desaparecido el empresario ourensano Guillermo Collarte y hasta el momento no se conocía si está vivo o fue asesinado, ni el lugar en que fue enterrado su cuerpo. Pero la Policía Judiciaria portuguesa y la titular del Juzgado de Valença do Miño, donde desapareció Collarte el 5 de agosto de 1999, disponen de pistas que podrían arrojar luz sobre la desaparición, motivos y autores. ’Estamos muy esperanzados y creemos que pronto se resolverá el caso. Se está trabajando, tenemos indicios y eso es todo lo que podemos decir de momento’, aseguraron fuentes de la Policía Judiciaria.

La investigación dio un vuelco este jueves con la búsqueda del cádaver del empresario en un monte de la localidad de Cerdal, entre las localidades lusas de Valença do Minho y Vilanova de Cerveira.

Movimiento de tierra

Dos retroexcavadoras removieron una zona boscosa ante las sospecha de que había sido enterrado allí el cuerpo del industrial. Al rastreo se sumaron los bomberos de Valença, que centraron su trabajo en un pozo seco de unos 20 metros de profundidad. ’Nos requirió la Fiscalía para realizar un trabajo y de todo lo que pasó allí no podemos decir nada’, afirmó el comandante de los bomberos.

También se desplazó al lugar un equipo de investigadores de la Universidad de Lisboa con un georradar, que detecta masa ósea en el subsuelo.

Los trabajos fueron fiscalizados por la fiscal encargada del caso y la hija del empresario, Berta Collarte.

Las máquinas removieron la tierra, palmo a palmo, pero no hallaron restos óseos. Eso sí, los agentes localizaron ropas de vestir viejas y rápidamente avisaron a Berta Collarte por si las reconocía como de su padre. ’Había una tela azul que podría pertenecer a la cazadora que vestía mi padre el día que desapareción. Era verano y ese día llevaba una cazadora azul’, señaló Berta Collarte, declinando ofrecer detalles sobre la investigación. ’Lo que puedo decir es que la policía portuguesa y las autoridades judiciales están trabajando intensamente en la investigación y estamos muy esperanzados en encontrar el cuerpo de mi padre’, añadió.

Las ropas halladas fueron enviadas a un laboratorio portugués para ser analizadas y comprobar si pertenecían a Guillermo Collarte.


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