Portugal cierra el grifo de Lindoso por la sequía extrema y la crisis energética

Panorámica de la situación actual del embalse de Lindoso, con un caudal tan bajo que lo ha convertido en apenas un riachuelo. ÓSCAR PINAL
photo_camera Panorámica de la situación actual del embalse de Lindoso, con un caudal tan bajo que lo ha convertido en apenas un riachuelo. ÓSCAR PINAL
El Gobierno luso suspende totalmente la producción, mientras en Ourense las centrales están ya en mínimos históricos

El último embalse que anegó aldeas ourensanas (hace ahora 30 años) tiene más del 80% de las aguas que almacena en territorio ourensano, entre los municipios de Entrimo y Lobios, principalmente, y alberga una de las cinco centrales hidroeléctricas más grandes para producir energía en Portugal. Se trata del embalse de Lindoso, que lleva más de un año -desde julio de 2021- por debajo del 20% de su capacidad total, perdiendo un 30% de su capacidad respecto a lo normal en esta época, y dejando a la vista la antigua aldea de Aceredo (Lobios), convertida desde entonces en atracción turística. 

Sin embargo, esto ya está cambiando los últimos días, pues el Gobierno de Portugal ha acordado la suspensión total de la producción hidroeléctrica en este embalse desde el pasado 1 de octubre, ante la situación límite que se vive en esta presa, que bebe de las aguas ourensanas del río Limia (muy mermado y que circula prácticamente seco en todo su recorrido por la provincia) y gestiona la empresa Energias de Portugal (EDP) para abastecer energéticamente a Oporto y su área metropolitana. Solo en la última semana, ya se ha recuperado un 2% de la capacidad.

El Gobierno luso, preocupado ante la posible escasez energética de este invierno (principalmente de gas) pretende que Lindoso se convierta (junto a otros 14 embalses) en “reserva estratégica” y recupere este otoño el nivel del 72% de agua embalsada por lo que pueda pasar. Hasta que llegue a ese nivel, no volverá a permitir que se turbine para producir electricidad. De todos los embalses con restricciones, tiene las condiciones más duras para volver a recuperar el turbinado eléctrico, debido a que “en comparación con otros aprovechamientos, este tiene una potencia de producción y un almacenamiento potencial muy significativos y el mayor volumen de energía en falta”, apuntan desde el Ejecutivo luso. Solo se podrá usar sin llegar a ese nivel en caso de que se necesite abastecimiento eléctrico de forma urgente este invierno.

Portugal vs Ourense

El Gobierno portugués ya había dado órdenes de suspender la producción energética en el Lindoso el pasado mes de febrero, aunque permitía una producción de dos horas semanales. Sin embargo, ahora ha cortado el grifo totalmente ante la precaria situación y las previsiones de este otoño, que indican a una estación de nuevo seca y más cálida de lo normal, unida a la crisis energética en ciernes. “Esta medida busca tener una reserva estratégica de agua equivalente a seis días de consumo medio nacional, para satisfacer los picos de consumo”, recoge el documento. 

Además, la necesidad de que el embalse transfronterizo vuelva a recuperar cuanto antes sus reservas hídricas vienen empujadas por un reciente informe publicado en el país vecino que alerta de que si el próximo año hidrológico vuelve a ser seco, Lindoso  “está en riesgo de quedarse vacío en 2024”. 

Aunque en el lado español no se han tomado medidas de restricción hidroeléctrica, las empresas han reducido de forma drástica la producción este año en Ourense (la locomotora hidroeléctrica de España), debido a la extrema sequía. De hecho, en el primer semestre del año se extrajeron 941,2 Megavatios/hora (MWh) de los embalses ourensanos, tres veces menos que el año pasado y la cifra más baja desde que hay registros.

Situación excepcional

La situación de sequía de este año es tan excepcional que por primera vez, la Confederación Hidrográfica Miño-Sil no ha cumplido el caudal mínimo que, según el Convenio de Albufeira, firmado en 1998 entre España y Portugal, obliga a ceder agua al país vecino en la cuenca del Miño, tomando como referencia el agua que pasa a través el embalse de Frieira. 

Este acuerdo obliga a la Administración española a garantizar tierras abajo 3.700 hectómetros cúbicos de agua al año, pero acaba de cerrar el año hidrológico cediendo solo 3.651. En todo caso, al haberse considerado un “año excepcional” al haber tan pocas lluvias, no será necesario desembalsar agua de las presas ourensanas para compensar. 

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