Los ourensanos no fallan a la cita de la vacuna contra el coronavirus. La máxima es clara: "Canto antes, mellor". Muchos llegan antes de hora, "por se acaso". El centro de salud de Carballiño daba muestra de ello ayer por la mañana, con un continuo ir y venir de vecinos y coches. "Tivemos que preparar varias salas de espera para que non houbese aglomeracións, porque claro, son máis de 200 maiores citados", explica la enfermera Melania Fraga, parte del equipo de inmunización del área sanitaria.
En Carballiño, en turno de mañana, y en el Hospital de Verín, por la tarde, los sanitarios inyectaron primeras dosis de Moderna, después de la llegada masiva de vacunas a principios de semana (32.200 para toda Galicia). El envío permitió que el Sergas acelerase el ritmo de la campaña estos días, en los que en torno a 8.000 ourensanos serán inmunizados. Ayer, en toda la provincia se inyectaron en total más de 2.300 dosis (entre Pfizer, Moderna y AstraZeneca).
Pese a la suspensión temporal de AstraZeneca, tras los episodios tromboembólicos detectados en personas vacunadas, la participación no ha decaído en la provincia. "A xente está un pouco preocupada, cando veñen preguntan pola vacina que se lle está poñendo, pero nós reiteramos a mensaxe de tranquilidade. Non temos ningún motivo para non poñer AstraZeneca, é segura e fiable", cuenta Fraga. "A min que me poñan unha ou outra non me importa", aseguraba Herminio Iglesias, vecino de Carballiño de 85 años, poco después de recibir la inyección. "Eu o que queria era vacinarme, tíñao claro", añadía. Otros pedían conocer el nombre del laboratorio, para luego contarlo a la familia: "Por favor, se me anotades nun papeliño a vacina que puxen, así llo ensino despois a miña filla, para que quede tranquila".
Nervios, pero felices
Los nervios no faltaron en la jornada de vacunación. "Mira, eu é que teño dor no brazo, e opereime hai uns meses, entón non sei...", comentaba nerviosa María González Sotelo al entrar en la sala. Después de quitarse las chaquetas, con ayuda de la enfermera, y recibir el pinchazo, González respiró tranquila. "Ai, xa está, menos mal. Tiña medo, pero non doeu nada", aseguraba.
Para los acompañantes de los mayores, la de ayer también fue una jornada emotiva. "Nosotros nos alegramos mucho de que se pueda vacunar ya, porque desde marzo del año pasado no hemos vuelto a hacer vida normal, y ya son muchos meses", reconocía Melina Fernández, que llegó con su abuela al centro de salud. "Es momento de recuperar, poco a poco, cierta normalidad, todos lo necesitamos", añadía. Algunos familiares, incluso, no pudieron evitar sacar una fotografía del momento del pinchazo, como Andrea Valiñas. "Es un momento para el recuerdo", comentaba la joven mientras retrataba a la enfermera vacunando a su abuela.
Pero pese a los nervios, el ajetreo y las dudas, a nadie se le olvidó la pregunta del millón: "Cando me poñen a segunda dose?". A los más de 200 mayores de 80 años vacunados ayer en Carballiño, la segunda dosis le toca el 29 de abril, en turno de tarde.
