Los vecinos de Moreiras (Toén) miran con preocupación el paso del tiempo. El invierno se acerca y su iglesia –que forma parte del Catálogo de patrimonio cultural de Galicia –sigue apuntalada a la espera de la ansiada reforma de la cubierta, mientras las seis vigas –una se fracturó– siguen en deterioro y las humedades campan a sus canchas.
Cada semana, y más con la llegada del invierno, temen la llegada de un temporal que acabe provocando el derrumbe del tejado. "Existe el riesgo manifiesto de caídas, que deberían ser estudiadas y resueltas", señala el propio proyecto de la obra, elaborado en 2018. La Xunta sacó a concurso la reforma en julio y ya tiene licitador, aunque está a la espera de los informes de Patrimonio para poder realizar la adjudicación. "Con los trámites, ya pasaron tres meses, y hay preocupación entre los fieles, porque al llegar el invierno vuelven las lluvias y las filtraciones de agua", señala el párroco de San Pedro de Moreiras, Jorge Juan Pérez.
Todo esto, cuando se acaban de cumplir tres años desde la notificación por parte de los vecinos del deficiente estado de la viga maestra de la nave central, y casi 24 meses desde que esta se fracturó provocando el cierre temporal del templo durante unos días para "garantizar la seguridad de los fieles".
En aquel momento, la actividad litúrgica se trasladó en plena Navidad a la Casa da Cultura, algo que podría suceder ahora, ya que las obras, debería empezar en pleno invierno si no se atasca el proceso.
"Solo esperamos que la solución llegue pronto, y se adjudique la obra cuanto antes", concluye el párroco, que anima a avivar el proceso.
