El juez también emitió orden de alejamiento de la supuesta víctima

El presunto agresor de su ex pareja, en libertad

José Antonio I.G. fue conducido por la Guardia Civil hasta el Juzgado de Carballiño. (Foto: MARTIÑO PINAL)
El juez de Carballiño emitió un auto de libertad y una orden de alejamiento para José Antonio I.G., de 31 años, vecino de San Fiz de Navío (San Amaro), tras prestar ayer declaración como presunto agresor de su ex pareja el pasado 23 de mayo. El sospechoso podrá estar con el hijo de ambos todos los sábados, siempre que lo recojan otros familiares en el domicilio de la madre, que tiene la custodia.
Los hechos habían ocurrido en el atrio de la iglesia de Albarellos, en el municipio de Boborás, cuando la joven había salido fuera para calmar el llanto del niño. Los asistentes a la misa declararon que oyeron gritos y que al salir encontraron a la supuesta víctima en el suelo y a José Antonio I.G. escapando hacia el monte.

Desde ese momento y hasta la noche del pasado lunes, se mantuvo oculto, hasta que la Policía Local de Carballiño, a raíz de una llamada anónima, lo localizó sentado en un banco de la plaza de A Veracruz. Los agentes lo entregaron en el cuartel de la Guardia Civil, que ayer por la mañana lo trasladó hasta el Juzgado de Carballiño, en donde prestó declaración durante poco más de un cuarto de hora.

José Antonio I.G. negó ante el juez que hubiese agredido a su ex pareja, señalando que únicamente pretendía hablar con ella. Añadió, que los vecinos cuando salieron de la iglesia lo amenazaron de muerte y que por ese motivo huyó. Sobre el hecho de que a la joven la encontraran los feligreses en el suelo, declaró que se había caído accidentalmente. El presunto agresor también dijo que desde lo ocurrido se había escondido por temor a ser encarcelado y a las posibles represalias de los vecinos.

Su fuga motivó una orden de busca y captura, que llevó a la Guardia Civil a rastrear durante varios días los montes del entorno de Albarellos y también de San Amaro, en donde reside el sospechoso.

La colaboración ciudadana fue, finalmente, la que logró su detención, tras una breve persecución policial.

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