El presunto homicida de la prostituta brasileña, en estado grave tras clavarse un lápiz en prisión

Ramón Fernández, sospechoso del crimen de Ribadavia.
Ramón Fernández, inculpado en el homicidio de una prostituta en el mes de abril, permanece desde el domingo en estado grave en el CHOU, después que se hubiese autolesionado con un lápiz clavándoselo en el abdomen. Éste ha sido su segundo intento desde que está encarcelado.
Ramón Fernández, de 48 años de edad, principal sospechoso de la muerte a tiros de una prostituta brasileña el pasado mes de febrero, María do Socorro Silva, se autolesionó el pasado domingo, a las siete de la mañana, clavándose un lápiz en el abdomen. En prisión preventiva desde su detención, permanece actualmente ingresado en el Complexo Hospitalario de Ourense. Su esta do es grave. Esta maniobra lesiva llegó después de otra intentona, de igual naturaleza, en el mes de marzo. Y también con un lápiz. Por esta razón, Ramón Fernández, natural de Riobóo (Cenlle), estaba sometido en la prisión de Pereiro a un protocolo de suicidios, con acompañamiento continuo y apoyo psicológico.

Fuentes próximas al detenido, lo describen como una persona fuertemente impulsiva, que se niega a asumir el proceso en el que está inmerso, y que apunta hacia él como el supuesto autor del crimen de la joven brasileña, cuyo cuerpo apareció en el embalse de Cabanelas.

Señal de ello son algunas de sus maniobras desde que está en prisión. Durante el pasado mes de septiembre inundó con cartas, remitidas desde prisión, los buzones de sus vecinos de Riobóo, en las que se declaraba inocente al tiempo que inculpaba a su convecino Antonio M.G., de 70 años. Incluso éste y su nieta llegaron a recibir esas cartas, y que los llevaron a denunciar el caso ante el Juzgado de Ribadavia.

Su ADN lo incrimina

En septiembre trascendió que los análisis de los restos de ADN hallados en el cuerpo de María do Socorro, confirmaban que pertenecían a Ramón Fernández. La consecuencia de estos resultados era doble, pues al tiempo que consolidaban una prueba en contra del detenido, se debilitaba la posible implicación en el homicidio de Antonio M.C., su vecino, al que culpó de matar a la joven.


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