Barcelona, Bilbao o Vitoria cuentan con una red de refugios climáticos en los que combatir el calor
Mientras en Ourense el asfalto gana espacio a las zonas verdes, en otras ciudades españolas han puesto en marcha distintas iniciativas para combatir las altas temperaturas. Entre ellas, destaca la creación de una red de refugios climáticos, una iniciativa impulsada por el Ayuntamiento de París (Francia) en el año 2017. Los refugios suelen ser espacios públicos exteriores o interiores -aunque también los hay privados, caso de los habilitados en centros comerciales-, a los que la población acude para refrescarse del calor y mitigar así los efectos de las altas temperaturas en su salud. Deben contar con una buena accesibilidad, ser confortables y disponer de agua gratuita. Los parques, las bibliotecas públicas, las estaciones de tren, los museos o las salas de exposiciones forman parte de esta red.
Urbes como Barcelona, Bilbao o Vitoria cuentan con una amplio mapa de refugios, a los que cada año suman nuevos espacios. En la ciudad condal hay, actualmente, 227 lugares a los que acudir cuando el calor aprieta. En la propia web del Ayuntamiento la población puede consultar la red de zonas habilitadas, con detalles sobre su ubicación, su horario y sus características. Hay parques, bibliotecas, centros cívicos o, incluso, escuelas que permanecen abiertas en verano.
Bilbao cuenta con un 130 refugios climáticos frente a las altas temperaturas (desde museos o estaciones de transporte hasta equipamientos deportivos). Por su parte, Vitoria identificó 449 parques e instalaciones disponibles para que la población se refresque. Valencia, Cordoba o Murcia son otras urbes españolas que se plantean impulsar esta iniciativa para combatir el calor.
Para que la red sea efectiva es necesario que esté distribuida por toda la ciudad, es decir, que toda la población, viva en el barrio que viva, pueda acudir a un refugio cercano a su vivienda. En esta línea, uno de los principales retos de los gobiernos que han apostado por esta alternativa es habilitar cada vez más espacios, así como ampliar los horarios, para que también sea posible acudir a ellos de forma segura durante las noches tropicales (de más de 20 grados en el exterior).
