Rastrean las redes que la ourensana asesinada en Vigo usó esa madrugada

La vivienda de la calle Redomeira, que fue registrada el sábado, antes de ser precintada. Foto: Vicente Alonso
photo_camera La vivienda de la calle Redomeira, que fue registrada el sábado, antes de ser precintada. Foto: Vicente Alonso
La Guardia Civil sigue buscando al conductor de la furgoneta que la recogió

Los agentes de la Guardia Civil que investigan el asesinato de la ourensana Judith Muñoz, de 37 años, hallada muerta tras un contenedor en O Porriño, además de revisar cámaras, y examinar todas las pruebas recogidas de la vivienda de la calle Redomeira rastrean las redes sociales de la víctima en busca de alguna pista que pueda llegar hasta el autor del crimen. La última vez que interactuó coincide con esa madrugada.

La principal hipótesis se centra en un posible cliente con el que la víctima quedó pasadas las cuatro de la madrugada a escasos metros de la vivienda de la citada calle donde compartió tiempo con su pareja, un hombre de nacionalidad brasileña, en paradero desconocido y que abrió también la vía de un posible caso de violencia de género. Ella estaba en el sistema Viogén por tres casos distintos, dos de ellos ya cerrados y el tercero, que correspondería a este individuo, archivado después de que fuera imposible su localización a lo largo de un mes. Ambos habían compartido un inmueble vacío, que quedó en ruinas tras un incendio.

Sin embargo, los investigadores consideran más probable que el homicidio esté relacionado con el incidente que la víctima tuvo con el hombre que la recogió ese día, de ahí que se trate de llegar al conductor de una furgoneta. 

El temor se ha apoderado de las mujeres en situación de especial vulnerabilidad como Judith, obligadas a ejercer en la calle porque “viven en la calle”, explicaban desde Faraxa. De hecho, en la asociación explican que son muy poquitas las que ejercen así, la mayoría lo hacen en pisos o por internet y el resto, cada vez menos, en clubes

Este homicidio no es un hecho aislado. El hallazgo del cadáver de Rocío, otra mujer en situación de exclusión social, en un monte de Beade en julio pasado, ha hecho saltar las alarmas. Aunque en este caso, no se encontraron signos de violencia, la Policía sigue convencida de que fue trasladada hasta allí en un vehículo. De hecho, el comunero que se topó con el cuerpo lo encontró después de pararse al ver una furgoneta en la zona que le llamó la atención, si bien los agentes desvincularon posteriormente una cosa con la otra.

Rocío tampoco tenía sus pertenencias consigo, estaba vestida y colocada junto a una cuneta.  Los agentes investigaban hace unos meses si esta víctima, usuaria del albergue, tenía pareja sentimental.

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