El recinto aguarda por su reforma desde 1997

El alcalde de la ciudad, Francisco Rodríguez, cedió ayer todo el protagonismo a los arquitectos redactores del proyecto que permitirá, al fin y aunque no se sabe cuándo con certeza, abrir a la sociedad ourensana el recinto de San Francisco. Él y la teniente de alcalde, Isabel Pérez, acudieron a la presentación del plan de los técnicos -no lo hizo la secretaria técnica de Infraestructuras del Ministerio de Cultura, Dolores Izquierdo, porque no llegó a tiempo su avión- y el regidor dijo al final que la obra se podrá hacer por fases, porque la financiación pendiente es notable, exactamente 17.098.501 euros.
En realidad, el coste de recuperación de todo el conjunto histórico y del edificio de la Biblioteca, de nueva construcción, se ha disparado enormemente porque la obra en su conjunto, tal y como estaba concebida inicialmente por el gobierno municipal de Manuel Cabezas y el entonces ministro de Cultura Mariano Rajoy, fue después adjudicada por 15.062.309 euros en el año 2003. Ocurre que desde entonces se han gastado 9.152.537 euros y, curiosamente, todavía hay que invertir otros 17 millones.
Los errores y deficiencias del diseño elegido por el exalcalde Cabezas y el Ministerio de Cultura de entonces, junto a los incumplimientos en cuanto a controles de calidad por parte de la constructora adjudicataria de la obra, son las causas de que la recuperación de San Francisco no sólo requiera ahora una inversión complementaria tan cuantiosa sino que a fecha de marzo de 2011, exactamente 14 años después de la compra del inmueble por el Concello, el conjunto monumental siga más deteriorado que nunca, hasta el punto de que hace año y medio fue preciso afrontar obras de emergencia para asegurar la permanencia del claustro románico-gótico y de las partes nobles del viejo cuartel.
Ahora, como explicaron ayer los arquitectos y como consta en su propuesta, hay tres edificios en obras, en distinto grado de ejecución, que es preciso terminar. Hay que intervenir desde cero en el conjunto histórico, cuya estructura se abordará con muros de carga con forjados de madera, no metálicos, lo mismo que en la cubierta, también de madera a dos aguas; y en un 70% de los otros dos, además de habilitar la plaza pública que enmarcan los inmuebles.
En la Biblioteca, la estructura ya está terminada y la cubierta de cinz instalada, pero es preciso completarla por dentro y, sobre todo, instalar la nueva fachada que mira hacia el oeste, para evitar la cristalera que rompería el equilibrio de climatización que requiere este tipo de instalaciones. También se han redibujado el vestíbulo y el porche cubierto.
Cuando todo se termine, la ciudad dispondrá de un recinto cultural de 18.195 metros construidos -15.126 útiles-, el de mayor extensión el Archivo, que ocupa 5.973 con su depósito anexo de 5.212. La Biblioteca será de 7.000 metros.

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