El herido presenta cortes en el abdomen pero evoluciona favorablemente en el Complexo Hospitalario

Un recluso de Pereiro se quita la vida con una sábana tras clavar un objeto a otro interno

Exterior de la cárcel de Pereiro.
Un recluso de la cárcel de Pereiro que cumplía condena por robo con violencia, José M.S., de 36 años, se suicidó en una celda, utilizando trozos de una sábana, después de clavar un objeto punzante a otro preso durante una discusión. La agresión se produjo el sábado y José M.S., que contó con la ayuda de otro interno, fue encerrado en una celda de aislamiento, en la que horas después terminó quitándose la vida. Mientras, el herido evoluciona favorablemente de varios cortes a la altura del abdomen.
Un altercado en el patio de la cárcel de Pereiro de Aguiar (550 reclusos) finalizó con uno de los presos, Francisco S.G., internado en el Complexo Hospitalario de Ourense y otro, José M.S., quitándose la vida cuando fue aislado en una celda del penal.

El enfrentamiento se produjo en la mañana del sábado cuando los internos se encontraban en el patio y, por causas que se desconocen, ambos reclusos comenzaron a discutir. Según pudo saber este periódico, los dos hombres andaban ‘picados’ y su relación no era del todo cordial. Durante la pelea, otro recluso, Jorge C.C., se alió con José M.S., que, tras reducir a Francisco S.G., presuntamente, le clavó un objeto punzante a la altura del abdomen, ocasionándole varios cortes profundos.

Las fuerzas de seguridad y los trabajadores de la prisión pusieron fin al enfrentamiento enviando a cada uno de los presos a sus respectivas celdas, mientras exigían al presunto agresor una explicación sobre lo sucedido. La Guardia Civil instruyó las correspondientes diligencias para remitirlas al Juzgado.

Celda de ‘castigo’

José M.S. no regresó a su celda habitual, dado que los responsables de la cárcel, que ayer declinaron pronunciarse sobre lo sucedido, decidieron llevarlo a una celda, en la que estaba totalmente aislado del resto de internos para evitar posibles venganzas y nuevas agresiones. Pero el recluso no estuvo mucho tiempo en el habitáculo de ‘castigo’, dado que decidió quitarse la vida rompiendo las sábanas de dormir y anudando los trozos.

Un funcionario lo encontró colgando de un barrote cuando hacía la ruta de control para cerciorarse de que no faltaba ningún interno. José M.S., de 36 años, es natural de la comarca de Ribadavia y cumplía una condena de cuatro años por robo con violencia en domicilios y negocios de la provincia.

Mientras, el herido, que tam bién está sentenciado por robo, fue trasladado en ambulancia al Complexo Hospitalario de Ourense, donde permanece internado y evolucionaba favorablemente de varios cortes a la altura del abdomen. ‘Su vida no corre peligro’, afirmaron fuentes de Instituciones Penitenciarias. La Guardia Civil vigila su habitación dentro del hospital.

Investigación

El arma utilizada en la agresión es una especie de destornillador que el fallecido realizó con materiales que podría haber encontrado o facilitárselos otro recluso dentro de la prisión. El instrumento fue decomisado por la Guardia Civil para esclarecer su procedencia, dado que a los reclusos les está prohibido tener en sus celdas cualquier objeto con el que puedan autolesionarse. El titular del Juzgado de guardia se desplazaba en la tarde del sábado a la prisión para ordenar el levantamiento del cadáver y trasladarlo al CHOU para realizarle la autopsia y, posteriormente, entegárselo a sus familiares para que le den sepultura.




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