Las renuncias a herencias han tocado techo en 2021. Según los datos del Colexio Notarial de Galicia, Ourense cerró el año pasado con récord de rechazos a legados: 340. Lo cierto es que esta tendencia al alza lleva en un ascenso continuo desde el año 2011. Si hace una década apenas se renunciaban a 137 transmisiones, en 2013 se incrementaba hasta 168 y en 2014 el número crecía hasta las 222 renuncias. En 2017 ya eran 246; en 2018 se produjo un aumento considerable hasta las 322; en 2019 seguía esta tendencia alcista hasya los 329 y este año se ha alcanzado un nuevo pico con 340 rechazos.
El único dato anómalo en esta serie de los últimos 10 años es 2020, en el que cayeron hasta los 253 rechazos. Aunque lo cierto es que esta cifra es una tanto engañosa, ya que hay que tener en cuenta que las gestorías y asesorías no tramitaron este tipo de expedientes durante tres meses debido a las restricciones por la pandemia. Si se analizase por semestres, se vería como el primer semestre registra una caída muy considerable, que se compensa un poco con las cifras de la segunda parte del año.
¿Por qué se rechaza?
José Manuel Domínguez, fundador y director de la asesoría Dompa Gestión, apunta a diferentes causas como posibles motivos para renunciar a una herencia. En primer lugar, hace mención a los grados de parentesco, esto es, el grado de cercanía con el familiar que deja el legado. Así, en función del grado de parentesco la tributación del impuesto de sucesiones multiplica por un valor determinado para conocer el porcentaje a pagar en impuestos.
En el caso gallego, a diferencia de otras comunidades autónomas, desde 2020 están exentas de impuestos las herencias de hasta un millón de euros, siempre y cuando procedan de un padre, hijo, abuelo, nieto o cónyuge que residiese en Galicia. Por lo tanto, Domínguez explica que “os casos máis habituais de renuncia danse en casos, por exemplo, entre irmáns, ou de tíos a sobriños, xa que non existe esta redución”. Por ejemplo, en el caso de una herencia entre familiares de segundo grado (hermanos, abuelos o nietos), una herencia de 400.000 euros “estaría gravada cun 30%”, y, en el caso de un tío a su sobrino, “podería chegar ata o 60%”, esto es, de esos 400.000 euros, se pagarían 240.000 en impuesto de sucesiones.
En este supuesto se debe tener en cuenta otro factor. El valor recibido en la herencia puede ser desde dinero en efectivo hasta fincas o edificios, por lo que, en algunos casos, hay personas que deben renunciar a sus herencias porque no son capaces de asumir el coste del impuesto de sucesiones. El director de Dompa ejemplifica este caso de la siguiente forma. “Un tío lega a un sobriño un edificio valorado en 400.000 euros. Para facer efectiva esa herdanza, o sobriño debe aboar nun prazo moi curto os cartos do imposto de sucesións, que serían preto dun 60%. En moitos casos, as persoas non poden dispoñer da cantidade de cartos suficientes para afrontar esa transmisión e vense forzados a renunciar”.
El otro caso más habitual es el de las “herencias envenenadas”. Este es el apelativo con el que las gestorías se refieren a aquellos legados que tienen una deuda mayor al valor patrimonial. Cualquier bien puede estar sujeto a deudas con entidades públicas o privadas de las que el heredero debe hacerse cargo. Además, también puede darse el caso de que el heredero no tuviese relación con el familiar fallecido y desconozca si los bienes legados traen consigo algún débito.
Situaciones menos habituales pueden ser las muertes prematuras, en las que, en muchos casos, conllevan deudas inasumibles como pueden ser la hipoteca de un piso que tenía pensado pagarse con el salario del fallecido. En ese caso podrían “ou ben desfacerse do piso ou ben renunciar á herdanza”. Incluso podrían ser la “beneficencia” entre hermanos, ya que “a un deles non lle fai falta esa herdanza e rexéitaa en favor dos restantes, que tocan a máis no reparto”.
Testamentos
La suma del covid y una mayor concienciación ha llevado a que los ourensanos firmen más testamentos en los últimos tiempos. “Dende Dompa aconsellamos aos nosos clientes que fagan testamento, xa que é unha figura xurídica que evita problemas como ir ao notario facer unha delaración de herdeiros, co seu consecuente gasto, e que deixa o patrimonio repartido, aforrando trámites e quedando todo, por así dicilo, coma un quere”.
