Crónica

Resaca del fin del estado de alarma en Ourense: "Hice la mejor caja de la pandemia"

Una hostelera de la rúa Lepanto, prepara ayer a mediodía las mesas para una nueva jornada sin estado de alarma (XESÚS FARIÑAS).
photo_camera Una hostelera de la rúa Lepanto, prepara ayer a mediodía las mesas para una nueva jornada sin estado de alarma (XESÚS FARIÑAS).
"Enchiamos outro local coa xente que tiñamos!", dice un hostelero, mientras sigue la alerta por los botellones en la calle

La hostelería de Ourense fue la gran protagonista del fin del estado de alarma, que llenó bares y taperías hasta las 23,00 horas y restaurantes hasta la una de la madrugada. La resaca del sector es buena, con las mejores cajas registradas desde el inicio de la pandemia y un horizonte prometedor de reservas para las próximas semanas. Con todo, los hosteleros ya hacen ver su preocupación por el comportamiento de los ourensanos al salir de los locales: tres reyertas, botellones dispersos en varios puntos de la ciudad y grupos numerosos en la vía pública  durante la madrugada alertan al sector, con miedo a que estas situaciones que se producen tras el cierre obligado de sus negocios terminen perjudicándoles con nuevas medidas más restrictivas. Con la Policía Nacional y la Local haciendo rondas continuas y recordando a los trasnochadores que está prohíbido beber en la calle o que hay que ponerse la mascarilla, la "factura" de la primera noche sin estado de alarma deja un sabor agridulce, especialmente a los hosteleros que no entienden porque sus locales no pueden abrir hasta más tarde.

“Prefería a la Ayuso"

"Estoy contentísima. No recordaba una caja así desde que empezó la pandemia. La mejor. Fue un día estupendo, desde mediodía. Ojalá todos los fines de semana fueran así y pudiera sacar a todo el personal que aún tengo en ERTE", señalaba ayer a mediodía Luz Rosendo, de la vinoteca Acio, en la rúa Lepanto, una de las más concurridas en la madrugada del sábado. Rosendo tira de reivindicación hostelera, tras meses muy duros. Sobre la gestión en Galicia, apunta: "Prefería a la Ayuso que no castigó a la hostelería". En cuanto al ambiente de juerga vivido ayer, la hostelera señala que "estas situaciones nos van a perjudicar a todos. Hoy ya hay cristales por el suelo, la gente se vuelve loca y eso va a ser un problema".

En la tapería Mariatapas, en la rúa da Unión, la propietaria comenta que esta nueva desescalada "se nota mucho, aunque con antes de la pandemia no se puede comparar". También apunta a la preocupación del sector por la afluencia de gente en la madrugada del sábado, tras el cierre de los locales de hostelería a las 23,00 y a las 01,00 horas: "Yo doy comidas y luego pueden tomarse una copa, un digestivo... El problema es cuando cierras, que la gente va un poco descontroladita".

En la misma línea, José Luis Vázquez, del bar Pérez, también en la rúa da Unión, señala que "la gente se está olvidando de que todavía tenemos una pandemia". Por otra parte, el fin del estado de alarma le dejó en la tapería "uno de los mejores días desde el covid, aunque comparado con otros tiempos... Ahora con estos horarios te cortan el café, el chupito, las copas... Y eso se nota".

Reservas hasta junio

Óscar López es el metre de Umami, que el pasado viernes reabrió después de seis meses en la Praza da Magdalena, con carta nueva y estrenando el final del estado de alarma. El ambiente, inmejorable. "Onte enchiamos outro local coa xente que tiñamos!", especifica López. Cuentan con reservas hasta mediados de junio en uno de los locales de Vinos que tiene licencia de restaurante y, por tanto, permite que la clientela se quede hasta la una de la madrugada. "Hai moitísimas reservas, tanto en fin de semana como entre semana. E, sobre todo, con moita antelación. A xente está encantada". Eso sí, en la línea del resto de hosteleros, Óscar López subraya que "o medo que temos os profesionais é de ir para atrás, sobretodo por que se viu moita xente descontrolada pola noite...".

Hosteleros de las principales calles de los Vinos que ayer a mediodía colocaban de nuevo las mesas para otra jornada postestado de alarma, lamentaban ese sabor "agridulce" por la "esmorga" incontrolable de algunos clientes cuando la fiesta termina en la calle. El miedo a que el sector pague de nuevo las consecuencias de comportamientos incívicos está presente.

Una intoxicación y un agredido

La primera noche del estado de alarma dejó 37 atenciones en el servicio de Urgencias del CHUO en el turno de noche, en la "media" de otra noche de sábado habitual, según fuentes sanitarias. Una de ellas fue por intoxicación etílica y la otra por una agresión. 

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