La ciudad cuenta con 4.111 inmuebles construidos antes de 1910, que tendrán que pasar este año por primera vez una inspección técnica que garantice que se encuentran en buen estado

El rural y el Casco Vello copan los edificios centenarios

El estado de las fachadas de los edificios será uno de los aspectos que se analicen. (Foto: JOSÉ PAZ)
Quizá por desconocimiento, porque todavía no se ha cumplido un mes desde la publicación del censo o porque el plazo no termina hasta el 31 de diciembre, ninguno de los 4.111 inmuebles de la ciudad que tienen que superar la inspección técnica de edificios durante este año ha presentado todavía en el Concello el informe preceptivo. Son todas ellas edificaciones centenarias, puesto que esta primera fase de la ordenanza afectará a los inmuebles construidos hasta 1910.
El censo de los inmuebles que deberán pasar la inspección este año está elaborado según los datos facilitados por el Catastro sobre su fecha de construcción. Especialmente llamativo es el hecho de que no sólo el Casco Histórico de la ciudad aglutina a estos edificios veteranos, sino que una parte muy importante -posiblemente, más de la mitad- se encuentran fuera del casco urbano, en lugares como Beiro, Cabeanca, Rezavella, entre otros. 'En los núcleos rurales nos encontramos con un gran número de edificios de este tipo', señalan técnicos de Urbanismo que, sin embargo, también matizan que 'es posible que muchos se encuentren en estado de ruina y que nos ocurra que no se sepa ya quién es su propietario, por lo que seguramente ya no pasarán esta inspección'. Precisamente este tipo de cuestiones son también las que dificultan que el Concello pueda llegar a adoptar las medidas necesarias en muchos edificios en ruina en algunas de estas localidades del perímetro rural.

Del análisis de los edificios centenarios recogidos en este listado, algo más de un millar fueron construidos antes del siglo XX, de los que la mayoría de ellos se sitúan en las décadas finales del XIX. Se incluyen, no obstante, edificios anteriores a esta época en Outeiro (Arrabaldo, 1290), la rúa do Bierzo (1458), Pallota (1775) y el pazo de Eiroás (1760), entre otros.

Una de las consecuencias que, según los técnicos, tendrá la aplicación de esta ordenanza, que se extenderá de forma progresiva en los próximos años a todos los edificios que hayan cumplido ya los 30 años, reducirá de forma notable los expedientes de ruina en el municipio, ya que uno de los principales objetivos de esta inspección es garantizar el buen estado de los inmuebles y, por lo tanto, mejorar de forma notable su nivel de seguridad.

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