La Policía Nacional intensificó la vigilancia, sobre todo de noche, en las distintas calles del barrio de San Francisco para frenar los robos en el interior de coches estacionados. Sólo en el último mes, se llevan contabilizados 16 robos, la mayoría de ellos perpetrados por la noche en coches que están estacionados.
En todos los casos se da una misma característica, los ladrones buscan vehículos que están aparcados en zonas de poco tránsito y con escasa luz. Después rompen, posiblemente con un ladrillo, el cristal de una ventanilla, abren la puerta y se apoderan de todo lo que hay en el interior. En los últimos asaltos, los autores se apoderaron de carteras, disco de música, cámaras de fotos digitales, prismáticos, gafas de sol e incluso varias prendas de ropa.
La situación encendió la alarma en la Comisaría, que decidió extremar la vigilancia en el barrio para detener a los ladrones, que hasta el momento no dejaron huellas en ninguno de los coches afectados. Es más, los agentes sospechan que los están vigilando para actuar una vez que deciden dar por finalizado el dispositivo de control.
La oleada de robos también mantiene en alerta a los vecinos a la hora de dejar sus vehículos en el vial. José Antonio Valladares reside en la calle Pena Trevinca, a la altura del cruce con la carretera de A Granxa, y de momento no sufrió ningún robo en su coche, pero se muestra preocupado y alarmado. 'Lo grave no es que se lleven la radio o las gafas de sol, es mas bien el daño que ocasionan y las molestias, porque tienes que llevar el vehículo al taller y puedes estar una semana o más sin coche', apuntó.
No es la primera vez que la Policía Nacional establece un amplio dispositivo de vigilancia para detener a ladrones de coches. Ya lo hicieron el pasado mes de octubre en el aparcamiento de las termas de Outariz, tras ser asaltados 27 turismos en menos de dos semanas. En este caso, el ladrón, que terminó siendo detenido, también actuaba rompiendo con una piedra la ventanilla y se apoderaba de todo lo que había en el interior.
El pasado mes de enero, los agentes arrestaron a un ourensano que se desplazaba a Vigo para robar en el interior de los coches que estaban aparcados en la vía pública y en los garajes.
La situación encendió la alarma en la Comisaría, que decidió extremar la vigilancia en el barrio para detener a los ladrones, que hasta el momento no dejaron huellas en ninguno de los coches afectados. Es más, los agentes sospechan que los están vigilando para actuar una vez que deciden dar por finalizado el dispositivo de control.
La oleada de robos también mantiene en alerta a los vecinos a la hora de dejar sus vehículos en el vial. José Antonio Valladares reside en la calle Pena Trevinca, a la altura del cruce con la carretera de A Granxa, y de momento no sufrió ningún robo en su coche, pero se muestra preocupado y alarmado. 'Lo grave no es que se lleven la radio o las gafas de sol, es mas bien el daño que ocasionan y las molestias, porque tienes que llevar el vehículo al taller y puedes estar una semana o más sin coche', apuntó.
No es la primera vez que la Policía Nacional establece un amplio dispositivo de vigilancia para detener a ladrones de coches. Ya lo hicieron el pasado mes de octubre en el aparcamiento de las termas de Outariz, tras ser asaltados 27 turismos en menos de dos semanas. En este caso, el ladrón, que terminó siendo detenido, también actuaba rompiendo con una piedra la ventanilla y se apoderaba de todo lo que había en el interior.
El pasado mes de enero, los agentes arrestaron a un ourensano que se desplazaba a Vigo para robar en el interior de los coches que estaban aparcados en la vía pública y en los garajes.
