La Ribeira Sacra es uno de los principales activos turísticos de la provincia. Un enclave natural, patrimonial y gastronómico único que ya se ha consolidado como uno de los principales destinos turísticos a nivel gallego y que no para de crecer en cifras de visitantes cada año. Uno de los principales activos de esta comarca -junto con otros como el monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil o el de Santa Cristina- es el monasterio de San Pedro de Rocas, en el concello de Esgos.
José Luis Domínguez, responsable de la gestión de este monumento, que entre los meses de junio y agosto ha superado por primera vez en su historia los 24.000 visitantes. Al mostrar el libro de registros de visitas, apenas se observan días de menos 100 turistas (los días más flojos coinciden con el fin de semana en el que se celebraron las elecciones generales en España). “A xente cada vez vén máis, iso é un feito”, afirma Domínguez, que explica los buenos números sobre todo gracias a la vuelta masiva del turismo extranjero. “O turismo nacional aquí é bastante seguro. É máis, moita xente repite porque lle quedaron cousas por ver. Pero o que nos impulsou este ano foi a volta do turismo estranxeiro, sobre todo de franceses, ingleses e norteamericanos”, confirma el gerente.
Carlos, Lucía y su hijo Dani fueron algunos de los que ayer se pasaron a visitar una de las joyas de la Ribeira Sacra ourensana. Apuran sus últimos días de estancia en Galicia antes de regresar a Madrid, donde residen, y reconocen estar impresionados con la iglesia excavada en la tierra: “No habíamos visto nada igual”. Valoran muy positivamente su experiencia “rodeados siempre de naturaleza, con un clima agradable y una gastronomía que ya nos gustaría a nosotros en Madrid”, comentan entre risas.
Pascual, Rosa y Teresa son un grupo de jubilados que llevan varios días visitando la provincia. Llegados desde La Rioja, destacan sobre todo el “maravilloso trato recibido en todos los sitios en los que hemos estado. Nos han tratado como en casa”. Aseguran que “recomendaremos a todos nuestros amigos que vengan a visitar la Ribeira Sacra”. Bartolomé y Luz acaban de llegar desde Córdoba “escapando del calor”. Valoran muy positivamente “un entorno natural tan diferente al que estamos acostumbrados”, aunque, lo que los ha enamorado ha sido el pan: “Nunca habíamos probado un pan tan rico”.
Así, San Pedro de Rocas camina hacia un año histórico a nivel de visitantes. En los primeros ocho meses del año rozan los 40.000 turistas, un millar más de los que contaban el año pasado por estas fechas. Domínguez, como aspectos a mejorar, incide en la necesidad de implantar de un bus lanzadera -como hay por ejemplo en Santa Cristina- para evitar los atascos que se provocan cuando dos autobuses se encuentran de frente y no pueden maniobrar de forma sencilla. Además, también reclama la necesidad de ampliar la infraestructura de alojamientos: “Sería moi necesario un hotel en Luíntra, por exemplo”.
