Segundo Fernández Movilla: “No es obligatorio ir para cura para estudiar en el seminario menor"

Segundo Fernández Movilla es rector del Seminario Menor de Ourense desde 2017, una institución que acoge a un centenar de alumnos. “Este curso son 95. Es una de nuestras fortalezas, porque queremos ser un centro pequeño y familiar, porque esa familiaridad nos permite la apuesta del encuentro personal”, señala Fernández Movilla. El centro tiene abierto el plazo de admisión para el próximo curso, el 2022-2023. Están en plena campaña de captación de alumnado. ¿Por qué estudiar ahí? En este momento, contemplamos el Seminario Menor no solo como un colegio, sino como un espacio de desarrollo y conocimiento personal integral. No solo las capacidades curriculares, sino el desarrollo de la persona. Este objetivo se realiza con tres proyectos. ¿Cómo funcionan? El primero es el colegio, que ofrece un sistema innovador que llevamos realizando estos últimos seis años. Lo conocimos en Madrid, el proyecto “EBI”, que se basa en la personalización de la enseñanza, el encuentro personal entre profesor y alumno. Se hace un diagnóstico de nuestros alumnos para ver en qué cualidades destacan y en cuáles mejorar. Esto nos distingue académicamente de otros centros. El segundo es la pastoral. Como somos un seminario, es necesario cultivar la dimensión espiritual para que nos ayude a crecer. Por último, el proyecto de orientación vocacional. Que cuando dices esto, dicen: “Ala, para curas todos”. Pero no es así. Buscamos que los chavales se conozcan a ellos mismos, sepan lo que se les da bien, qué les gustaría aportar a la sociedad, qué necesidades sociales hay, qué empresas tenemos alrededor… Y después que se comprometan. ¿Tienen que ser curas los alumnos que salen del Seminario? ¿Lidian con ese prejuicio? Cada vez hay menos prejuicios. Todo el mundo sabe que aquí hay chavales que barajan ser curas como opción de futuro, pero no es obligatorio. ¿Cuáles son sus retos al frente de la institución? El reto es hacer del seminario una propuesta educativa a la altura de otras ofertas educativas y que la gente nos elija. Y hacer del seminario un centro de evangelización, porque es una estructura pastoral, hay que dar a conocer la persona de Jesús como un referente. ¿Qué le parecen las últimas leyes de Educación que afectan especialmente a la enseñanza concertada y privada? No nos hemos visto afectados porque somos un centro privado sostenido parcialmente con fondos públicos. No nos afectan tanto las reformas de la Ley de Educación. Académicamente, estamos esperando que todas las modificaciones se plasmen ya en el currículo de las asignaturas. ¿El Seminario Menor ha evolucionado en los últimos años? Seguimos conservando nuestra esencia de potenciar la dimensión vocacional y sí que hemos evolucionado. Entendemos la innovación como una actitud necesaria. Siempre hemos intentado estar en la vanguardia educativa. ¿Cuál es la importancia de la infraestructura? Disponen de patios enormes, laboratorios, bibliotecas… Mucha. Cuando innovas, el edificio también se va adecuando a las nuevas necesidades. Estamos transformando nuestro edificio y potenciando mucho el trabajo fuera del aula, en todo el entorno natural que tenemos. Tenemos aula de música, un gabinete de física que es casi un museo, bibliotecas… El aprendizaje no es solo con un libro y sentado en el aula. ¿Qué otros proyectos desarrollan? Queremos tener impacto social desde el mundo educativo, por eso organizaremos el 22 de abril el tercer Foro de Innovación Educativa, con expertos de varios ámbitos en el Seminario.