Cuatro extranjeras residentes en Ourense relataron sus experiencias en las Xornadas Interculturais

Lo que significa ser inmigrante y mujer

Abibatou, Libyss, Rubi y Tamara, con una de las organizadoras de las jornadas. (Foto: Xesús Fariñas)
Ser inmigrante no es fácil. Si a esto se une el hecho de ser mujer la situación se complica aún más. Abibatou Niasse, Libyss Licet, Rubi Rodríguez y Tamara Escorbino así lo relataron en las ‘Xornadas interculturais’ que organiza el Concello.
Dejar toda una vida atrás y llegar a un país desconocido con costumbres diferentes es todo un reto que deben superar cada día los cerca de 6.000 extranjeros que viven en Ourense. Abibatou Niasse, Libyss Licet, Rubi Rodríguez y Tamara Escorbino hablaron ayer sobre ‘Inmigración en femenino’ dentro de las primeras ‘Xornadas Interculturais: Descobre culturas, comparte costumes’ que ha organizado el Concello hasta el viernes.

‘Para las mujeres la inmigración es más complicada. Yo estoy aquí sola con mi hija y para sacar adelante a mi familia -dejé a mi marido y a mis otros dos hijos en mi país- debo trabajar en las ferias’, afirmó Abibatou Niasse, de Senegal, que lleva cuatro años en Ourense.

Para Rubi Rodríguez tampoco ha sido fácil. Aunque sostiene que para las mujeres es más factible conseguir trabajo, porque siempre queda la opción del servicio doméstico, afirma que percibe rechazo y prejuicios por parte de la sociedad. ‘Creen que porque somos latinas y morenas nos dedicamos a la prostitución o que venimos a robarles a los maridos’, manifestó.

Hoy continuarán las jornadas en la Fundación Caixa Galicia con más debates y charlas. Además, la Praza Maior acogerá un stand de arte y cultura a las 19 horas. Dos horas más tarde, se desarrollará una exhibición y taller de tango y el espectáculo Venezuela Tricolor.


’No te miran igual’

Libyss Licet es una inmigrante cubana que reside en Ourense. Hace un año dejó a la familia -a su madre y a su hijo- y amigos en su país natal y se vino a trabajar a la ciudad, donde vive con su padre, cuyos ascendientes son ourensanos. ‘Todos queremos salir de Cuba por la economía, para dar un futuro mejor a nuestros hijos’, explica Licet. Afirma que la adaptación a una nueva cultura siempre es difícil, ‘porque al ser extranjera no te miran igual’. Ahora ya está estabilizada y tiene pareja. Aunque al principio la familia de su novio no la aceptó, ‘simplemente por ser de fuera’, ahora dice que ya la conocen y la admiten con normalidad. Su única pena es la distancia física que la separa de su hijo, a quien espera poder traer pronto (está en trámites del proceso de reagrupamiento familiar).


’A veces me siento vejada’

La venezolana Tamara Escorbino llegó en el año 2003 a vivir a Ourense con su marido y sus tres hijos. Según afirma, ambos tomaron esta decisión ‘por la situación económica de Venezuela y la inestabilidad política y falta de seguridad que hay en el país’. Dice que dedicieron venir a la ciudad porque su esposo es de aquí, circunstancia que les facilitó todos los trámites. ‘Fue fácil la adaptación al sistema educativo español para mis hijos, que ya son más gallegos que nadie’, asevera. Desde el punto de vista laboral, explica que ella no ha tenido la necesidad de buscar trabajo -su marido trabaja por su cuenta como autónomo-. Por último, señala que aunque no hay un rechazo social marcado sí se siente ‘vejada y agredida como mujer por los hombres que se creen que como soy morena y latina voy a ejercer el oficio más antiguo del mundo’.

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