Sitios de Pereiro de Aguiar que dejan recuerdos para los cinco sentidos

Jacuzzi de las Cabanas Mirador de Cachamuíña, los apartamentos en el entorno del embalse.
photo_camera Jacuzzi de las Cabanas Mirador de Cachamuíña, los apartamentos en el entorno del embalse.

Cabañas con vistas, comida casera y una parada obligatoria de camino a la Ribeira Sacra

Además de su encanto natural, su extensión y las diversas opciones para recorrerlo, Pereiro de Aguiar ofrece a sus visitantes lugares donde parar a deleitarse con los cinco sentidos, que no dejan a nadie indiferente. Desde pescados y carnes a la brasa, hasta un hospedaje en un entorno natural inmejorable, o una parada en un “dinner” americano en una zona de paso con ofertas de desayuno y comida.

Como opción de hospedaje más original, y como complemento a un recorrido por la ruta de los molinos, están las Cabanas Mirador de Cachamuíña. Son un total de 5 cabañas (Xirin, Ferreiriño, Bubela, Anduriña e Lavandeira) con jacuzzi privado que miran hacia el embalse y su entorno de ensueño. “El precio medio por noche gira en torno a los 110/130 euros, con opción para hasta cuatro personas”, según explica su propietario Jorge Guerra. Es apto para mascotas. 

En la experiencia se incluye un desayuno con fruta fresca, termo de café, yogur ecológico, bica de la zona y zumo de naranja. Después de descansar con las vistas a Cachamuíña, es difícil resistirse a un paseo por el embalse al terminar. Además, tiene una sexta cabaña con la recepción y servicio de lavandería (con lavadora y secadora), permitiendo alargar la estancia lo que se desee. 

Un asador inigualable

Restaurante Plaza, en Pereiro de Aguiar.
Restaurante Plaza, en Pereiro de Aguiar.

El restaurante Plaza está en el centro urbano de la localidad, frente al Concello. Sus platos están orientados a sacar el mejor provecho de la parrilla: “Traemos los mejores pescados de la lonja, como el rape salvaje para hacerlo a la brasa y piezas frescas del día a mayores, como rodaballo”, afirma Alejandro Nespereira, gerente del establecimiento, que acaba de recibir el reconocimiento de un solete de verano Repsol. También trabajan la ternera y la vaca vieja. Aunque es necesario dejar hueco para los postres: “Son todos caseros, por ejemplo las filloas rellenas de crema se flambean en cocina, como tradicionalmente, también tortitas, tarta de queso…”. Alejandro asegura que trabaja únicamente con productos de alta calidad, solo hace falta ver los platos para saberlo y probarlos para, además de comprobarlo, obsequiar el paladar. 

Una parada en boxes

Interior de La Galleguita, el bar restaurante en la OU-536.
Interior de La Galleguita, el bar restaurante en la OU-536.

La Galleguita está en la intersección entre la carretera de Pereiro y la OU-536. “Para ir a cualquiera de los miradores, hay que pasar por aquí”, cuenta su gerente Roberto Cocas. Su salón inspirado en los “dinners” americanos fusiona su cocina con Galicia con una oferta de: “Burguers de infarto, perritos y pinsas, la variante romana de la pizza”.  Aunque no solo eso, desde que abre sus puertas a las 8,00 horas, ya se puede disfrutar de un desayuno más que completo con “huevos revueltos, tortilla, bowls de cereales y fruta, gofres o tortitas”, convirtiendo el lugar en la parada perfecta para empezar la jornada, o disfrutar de una sabrosa merienda.

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