Mucho antes de que la crisis asaltase haciendo despertar la conciencia social, atrincherándose de forma definitiva en las cabaceras de la prensa y ocupando sus renglones, Cruz Roja ya estaba ahí.
Cruz roja Ourense, así como todos los colectivos de ayuda social, ha venido trabajando la asistencia a los más necesitados desde una época en que ello no era más que un evento secundario, que parecía lejano y minoritario. Hoy en día, cuando la fiereza de los embates económicos es más que patente, y su resilencia se ceba sobre cada vez más población, Cruz Roja Ourense se ha convertido en
el epicentro de la solidaridad y la ayuda; poniendo en funcionamiento un variopinto abanico de servicios, en forma de proyectos, para un igualmente variopinto universo de necesidades que a su puerta tocan.
Para ello, se aferra a dos fortalezas: la voluntad al trabajo sin atención a los horarios o al tiempo específico de la atención y el seguimiento a la necesidad; y la que ha sido su mantra y mayor fortaleza: el trabajo de los voluntarios, una fuerza abnegada que hace posible que la ayuda llegue a su fin. Un solo número lo permite comprender: este año que acaba de concluir más de 1.000 personas han colaborado voluntariamente en los diversos programas que la entidad ofrece.
DIVERSIDAD DE FRENTES
La situación actual es, con diferencia, muy distinta a la acontecida hace 150 años, época en la que Cruz Roja comenzó su andadura. El campo de batalla que sirvió como punto de inflexión fundacional para su creador, Henry Dunant, ya no se encuentra hoy en un frente de guerra alejado, sino que lo tenemos al salir del portal de nuestra vivienda.
Marisa López, coordinadora provincial de Cruz roja Ourense, lo resume: aliviar el sufrimiento humano. "Cruz roja ha nacido como un auxilio en un campo de batalla, cuando nuestro fundador se encontró con miles de personas allí, moribundas, sufriendo. Y desde esa parte, más sanitaria, ha ido evolucionando hacia el ámbito social, de tal modo que sigue siendo una organización que sigue queriendo aliviar el sufrimiento humano, pero en cualquiera de sus manifestaciones. Hoy el sufrimiento es la soledad, el aislamiento de muchas personas que no pueden acceder ni a lo más básico, es la carencia de empleo o la dificultad de una persona con discapacidad".
SIN ATENDER EL RELOJ
La sede de Cruz Roja es un edificio quecobra vida cada día desde muy temprano, y desde el que emanan una serie de iniciativas relacionadas con la ayuda al más necesitado: más de 40 proyectos que buscan dar cobijo y prestar ayuda a quienes más lo precisan. El universo de ayudas no se centra en un eje determinado, sino que abarca salud, educación, empleo, personas mayores y juventud, personas sin techo, colectivos excluidos, acogimiento familiar, o formación. En suma, una diversidad de ayudas para un colectivo igualmente diverso, sin atender a un tiempo determinado de duración de la ayuda; a la complejidad de los horarios, o el desplazamiento, ya que parte de la ayuda se lleva a cabo fuera de su sede, allí donde se precisa.
TODOS SOMOS HERMANOS
La cara más ostensible -no por ello la más compleja y numerosa- de la crisis, la calle, nos hace reflexionar sobre las necesidades que es preciso atender con una solidaridad de urgencia. El programa sin Techo, supone una de las caras más visibles de la ayuda de Cruz roja, porque implica que su trabajo salga a las calles, allí donde son palpables los rigores de la necesidad: su leit motiv es acudir a brindar soporte inmediato, de urgencia en ciertos casos, para luego ofrecer un apoyo más minucioso en su propia sede.
Otros proyectos, como el servicio de transporte adaptado hacen evidente la ayuda brindada por la visibilidad e impacto que poseen. Es el de las personas mayores uno de los colectivos que destaca por su numerosa y activa presencia dentro del centro de día de la sede. El centro, con más de 20 años de actividad, ve cada día como voluntarios, trabajadores, y personas mayores comparten espacio en la realización de una enorme cantidad de actividades específicas.
Por último, una ayuda que se entiende fundamental para revertir positivamente la situación de exclusión: el Plan de empleo, una iniciativa que busca atender a personas que están en situación de desempleo a que vuelvan a retomar la compleja y voluptuosa dinámica del entramado laboral actual.
Queda claro, en suma, que el trabajo de Cruz roja es muy complejo de resumir, debido a la enorme cantidad de programas ofertados; asimismo, es claro también que su labor es fundamental en la situación actual. Además, sería imposible de entender y llevar a cabo en toda su dimensión, sin el apoyo desinteresado de los miles de voluntarios que cada día acuden a dar lo mejor de quien lo precisa, sin consultar tanto el reloj o el calendario, como la necesidad de quien los necesita.
