La Policía Nacional continúa investigando la paliza que nueve encapuchados armados con cadenas asestaron a un joven la noche del viernes en la plaza do Ferro. La Subdelegación del Gobierno negó ayer que se tratase de un conflicto político: “No hay ninguna banda ni nada de tipo nazi que podamos constatar en este momento”, señaló Emilio González, el subdelegado.
Los testigos presentes, sin embargo, no dicen lo mismo. La banda habría perseguido a la víctima horas antes de pegarle, llamándole nazi. El joven, que posee varios tatuajes relacionados con las SS y otra simbología de ultraderecha, no intervino. Se dio la vuelta y continuó a lo suyo. Además, cambió tres veces de local para tratar de librarse de ellos.
Cuando estaba en la plaza do Ferro, fue atacado por la espalda, necesitando ir de urgencia al hospital. Una enfermera fuera de servicio tuvo que taponar las heridas durante media hora, hasta que los agentes decidieron trasladarlo en su propio vehículo.
Aunque el herido aseguró no haber visto nunca antes a los atacantes, desde la Subdelegación tildan el conflicto de “una pelea más entre gente incluso conocida de fin de semana, por cuestiones de ocio”. También añadió que la policía está investigando el nivel de gravedad de “los posibles hechos delictivos”, que “no tienen trascendencia”.
