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El temor a okupas lleva a la ciudad a una oferta mínima de pisos de alquiler

Una de las viviendas en alquiler en el Casco Vello de la ciudad (JOSÉ PAZ).
photo_camera Una de las viviendas en alquiler en el Casco Vello de la ciudad (JOSÉ PAZ).
Solo un 2% de la vivienda vacía se pone en el mercado: "Los dueños prefieren pagar IBI y comunidad y no cobrar nada" 

"Estes métenseche na casa e despois non hai quen os bote". Esa idea le pasó por la cabeza a un propietario de O Vinteún, que hace apenas medio año puso un anuncio  en internet para poner en alquiler y que recibió más de una decena de visitas en apenas dos días. Los últimos, una familia de origen extranjero que se quería instalar al momento y que pagaba por adelantado. "Non querían contrato e non me fiaba deles".

 Esta desconfianza es uno de los motivos principales de la tensión qu sufre el mercado del alquiler en la ciudad, que cada vez ofrece menos alternativas para que los jóvenes puedan emanciparse y hacer una vida independiente. Pese a que la okupación no es un fenómeno tan extendido como en grandes urbes españolas, los propietarios ourensanos, principalmente de edad avanzada, son muy reacios a poner sus viviendas en alquiler. 

"Hay una gran cantidad de pisos vacíos y los dueños no quieren alquilar, mucha gente mayor prefiere no cobrar nada, y pagar el Impuesto de Bienes Inmuebles y la comunidad", señala un inmobiliaro del centro de la ciudad. La situación es complicada.  La ciudad tiene 14.561 viviendas vacías actualmente, según los datos que maneja la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias (Fegein), en su último informe, de noviembre de 2019. En proporción, es la urbe gallega que más tiene, casi tantas como Vigo (18.588), que tiene el triple de población, o A Coruña (19.283). En Santiago, por ejemplo, hay solo 9.512 sin ocupar.


El miedo, factor clave


Según Fegein, hay tan solo 250 pisos en comercialización para el alquiler actualmente en la ciudad, es decir, apenas el 2% de toda la vivienda que está vacía. "Muchos propietarios tienen miedo a que le destrocen el piso o los inquilinos se queden dentro", añade un trabajador de una inmobiliaria ourensana, que certifica este miedo a la okupación como uno de los principales factores de la escasa oferta. Este problema es común a Santiago (140) o Lugo (150). En Vigo y A Coruña, la oferta de alquiler oscila entre 660 y 700 viviendas. 

¿Y si hago el contrato, no me pagan y se quedan a vivir ahí? Esa es la pregunta que más pasa por la cabeza de los dueños de vivienda de Ourense.  Un paseo rápido por la ciudad deja la estampa de decenas y decenas de pisos con las persianas bajadas. Pero la ciudad con más vivienda vacía de toda Galicia apenas tiene pisos disponibles, una situación sangrante sobre todo para la población joven, que es la que más sufre las consecuencias. Apenas se ven carteles de "se alquila" en las calles. "Ya ni los ponemos, lo haces y te llaman al momento. En cuanto subes un anuncio de alquiler recibes 10 ó 15 llamadas en el mismo día", señala el agente inmobiliario.

Si ya cuesta empanciparse, hacerlo cuando el mercado de vivienda en alquiler es cada vez más reducido pone en un brete el futuro de muchos ourensanos.  "Los dueños no quieren alquilar a los estudiantes, y les decimos que es un error, son los que con más seguridad van a pagar. El problema es que piensan que les van a destrozar el piso", añaden desde una agencia inmobiliaria.

Esta escasez de oferta por el miedo a la usurpación de la vivienda –en los últimos dos años hubo una veintena de casas okupadas en la provincia– está fundada más en sensaciones que en datos reales, pero es una constante. Al problema del alquiler se suma la antigüedad de los pisos ourensanos, ya que la escasez de obra nueva resta interés en gran parte del parque inmobiliario, lo que también provoca que algunos propietarios ni siquiera se planteen ponerlos en circulación.


Sin vivienda nueva


Ourense es la ciudad gallega que tiene menos vivienda nueva a la venta, algo achacable a la falta de un plan de urbanismo que permite nuevas construcción. Solo hay 40 viviendas nuevas a la venta actualmente, frente a las 180 de Vigo, 120 de A Coruña, 50 de Lugo, 65 de Santiago u 80 de Pontevedra. 

El presidente de Fegein, Benito Iglesias, considera que la ciudad necesita el "múscula económico y empresarial perdido con los años por la deslocalización de empresas por la inseguridad jurídica urbanística de los últimos años". "Demasiados errores cometidos y demasiadas sentencias judiciales han contribuido a laminar en una buena parte el futuro de Ourense en lo económico y social", sostiene Iglesias. 


Okupaciones en Casco Vello, centro, A Cuña, Barrocás, Vinteún...


La patronal inmobiliaria cree que la vivienda debe estar en las "prioridades" de la agenda del próximo gobierno, con "una normativa que aporte mayor claridad y certidumbre" a todos los actores. Una de las grandes preocupaciones son las "mafias okupas", que se han colado uno de los  primeros factores que valoran los propietarios antes de poner su vivienda en alquiler. Una "legislación obsoleta, que no se actualiza y siempre va por detrás de la problemática actual" está detrás de esto, según Iglesias, que corrobora que situaciones "que eran esporádicas, ya no lo sean". El problema se ha agravado y la gran cantidad de viviendas vacías no contribuye más que a acrecentarlo. Los agentes tienen controlados, según detalló este periódico, una veintena de okupaciones en la ciudad, repartidas por Celso Emilio Ferreiro, Casco Vello y  barrios como A Cuña, Barrocás, O Vinteún o A Rabaza. La policía puede desalojar sin necesidad de orden judicial en las 48 horas posteriores al allanamiento. A partir de ahñi, se necesita una orden judicial, y entra un proceso complicado que puede tardar años, por lo cual los okupas suelen tratar de probar ante la Policía que llevan más de dos días en la vivienda. El presidente de Fegein recomienda al dueño "solicitar el desalojo lo antes posible". Depende mucho de la "agilidad de la comunidad de vecinos" que puede ayudar a denunciar. Es importante saber que "si la vivienda estaba vacía y no tenía carteles de haber sid puesta en alquiler, venta o rehabilitació". Al pasar 48 horas, el propietario ya no puede pedir el desalojo, sino lo que se llama un desahucio en precario". Empieza la odisea. 

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