Feira do Sete

Feira do Sete | Teresa Val Fernández

Mentha spicata, conocida popularmente como hierbabuena o menta de jardín, es una especie del género Mentha, una hierba aromática muy empleada en gastronomía y perfumería por su aroma intenso y fresco. El uso medicinal de la hierbabuena es viejo, como lo demuestra su presencia en la “Capitulare de villis vel curtis imperii”, una orden emitida por Carlomagno que reclama a sus campos para que cultiven una serie de hierbas y condimentos, incluyendo “mentam”, identificada actualmente como Mentha spicata. Tiene propiedades útiles, antiespasmódicas, es carminativo, antiséptico, analgésico, antiinflamatorio y estimulante.

Teresa Val Fernández, que nació un 19 de diciembre en Ourense, es como la Mentha spicata: analgésica, curativa y relajante, sobre todo cuando suele actuar muy directamente sobre el temor y la excitación de sus pacientes, hablándoles dulcemente para que su “peculiar monólogo” actúe como distracción y momentáneo olvido de los diversos elementos que ella emplea para las operaciones bucodentales. 20200929194321814_resultado

Pertenece a una familia de tres generaciones vinculadas a la medicina y la farmacia; estudió en Carmelitas y, como la mayoría de los odontólogos, es persona templada, trasmite una enorme serenidad y, como si fuere azafata de vuelo, cuando aparecen las naturales turbulencias ella se las arregla para hacer preguntas y comentarios a los que los “pacientes” solo podemos contestar con un “humm” de impotencia y resignación cristiana. Yo no sé si Teresa es consciente de que sus peroratas y preguntas van directamente al limbo del “stand by”, pero sí estoy seguro de que su sistema de distracción funciona de maravilla.

Es persona que con su dulzura esconde una enérgica cultura de esfuerzo, muy trabajadora e innovadora. Vive solo para su hijo Carlos, del que ella dice que es la mayor alegría de su vida y que emplea su poco tiempo libre para viajar y disfrutar de la playa, donde lee “El ultimo pétalo de mar”, de Isabel Allende, y escucha “Yesterday” de los Beatles. Teresa Val, que se considera un poco despistada, es muy responsable y meticulosa, le gustan los pescados al horno, el marisco y todo tipo de comidas, excepto las vísceras y el hígado.

A mí me recuerda a “El origen de los guardianes”, cuando el espíritu maligno Sombra, decide inundar de miedo los corazones de los niños y los guardianes se unen para proteger sus sueños. En esta película, los niños descubren al Hada de los Dientes y sus beneficiosos secretos.

A Teresa Val Fernández la conozco de siempre. Ella, como todos los odontólogos, protésicos y profesionales bucodentales, son personas habitualmente muy sacrificadas, especialmente sensibles al dolor y el padecer de sus pacientes, y sobre todo muy atentos a gestionar la urgencia del padecimiento que algunas veces se manifiesta casi sin avisar y que a todos nos ha causado alguna mala noche de sufrimiento.

Siempre recuerdo a los niños que siendo yo muy joven accedían a mi peluquería. Lloraban y lo hacían por mi bata blanca; creían que yo era el dentista. Cuando se marchaban, reían relajadamente. A los adultos nos pasa algo similar: al llegar, nuestro semblante es de cierta preocupación, pero cuando nos vamos la cosa cambia y el buen humor regresa con el agradecimiento a estos profesionales que alivian y evitan nuestro sufrimiento.

Querida Teresa Val, aunque no pueda responderte, agradezco tu siempre ¡amable conversación!

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