AGUAS TERMALES

Termalismo para todos a pie de poza

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photo_camera En pleno centro de la ciudad, la zona termal de As Burgas tiene cada día mayor afluencia.

Para el baño o para tomar el sol, por salud o por ocio, las zonas termales gratuitas que posee la ciudad han logrado asentarse en el ourensano e incluso más allá, entrando con fuerza a formar parte de la imagen de ciudad.

Ríos de tinta se han escrito en textos que combinan la palabra Ourense y termalismo en el mismo cuerpo; en alguno más, pocos, se incluye la palabra balneario. Ríos que, no obstante, son poco comparados con la cantidad y calidad de las aguas de la ciudad, un aserto mil veces dicho también, pilar fundacional de una enorme fortaleza, así como piedra filosofal del modelo de urbe y de su explotación económica dentro de los ejes salud y turismo. Las inquietas cámaras del programa "Callejeando" se sumergen esta noche en un humeante mundo, para consultar no ya a expertos en salud o en turismo, sino para conocer lo que piensa la propia gente que, día a día y sin revuelo mediático, acude a disfrutar y a relajarse.

En el epicentro del imaginario

Los pequeños pero continuados cambios que poco a poco se han ido sucediendo en nuestra ciudad a lo largo de la última década, han contribuido a moldear dentro de nuestras mentes la imagen de ella que tenemos. Nuestra propia concepción, como habitantes de una urbe, no es estática sino que se somete a cambios constantes, según sean también las condiciones de nuestro propio entorno y la interacción que con él tengamos.

En muy poco tiempo, la idea del termalismo ha calado en nuestro imaginario y se ha prendido de él. Así, resulta interesante comprobar de qué forma tal anclaje se ha hecho, pues una parte importante dentro del esquema de explotación económica de un recurso de esta naturaleza, reside en la propia idea que los vecinos tienen, tanto de sí mismos como de su entorno.

Desde el mismo centro de la ciudad, en su epicentro fundacional moderno, ya es posible encontrar la impronta de las surgencias termales: una piscina a rebosar de agua y de éxito, entre las Burgas, arriba y abajo respectivamente. A partir de aquí, el abanico de explicaciones e ideas acerca de lo termal que es posible escuchar es variopinto: deja claro que casi todo vale.

Un bañista nos asegura que Calpurnia Abana era la hija enferma de un rey que, en plena batalla con un oso, a golpe de espada, descubrió la primera surgencia de la ciudad. El resto es mas o menos conocido: ciudad antigua, luego moderna, y ahora termal. Quien así lo resum e es usuario frecuente de la piscina ubicada en el centro, y no duda en alabar las bondadosas propiedades de las aguas y de su uso terapéutico, aunque matiza, corriendo un leve halo de duda: también es importante el poder de la mente.
 
Ese amigo desconocido

Justo aquí confluyen la mayor parte de los testimonios recabados: a pie de poza, todas las personas coinciden en alabar los beneficios que las aguas poseen. No obstante, consultados más en profundidad, el titubeo sale a flote.

Prácticamente ninguno de los consultados sabe decir los componentes de las aguas, las diferencias entre ellas, su temperatura específica -hay para quien las aguas de As Burgas emanan a casi 90ºC-, los beneficios, así como la forma en que se deberían usar correctamente. El componente mágico se revela aquí: sin saber cómo, estas aguas otorgan un beneficio tremendo, pero nadie sabe a qué se debe.

Con la llegada del buen tiempo, Outariz, O Muiño da Veiga, A Chavasqueira y As Burgas se llenan de visitantes. Algunos acuden a bañarse por razones médicas; otros, sin urgencia de salud, tan solo por los beneficios inmediatos que le reportan; otros tantos a tomar el sol, como zona de ocio.

En la fuente conocida como O Tinteiro, es común ver gente tomar baños puntuales. La aserción más común es la de hacer una novena para completar el tratamiento. En su fuente se oye la idea que su agua ayudaba a volver incorruptibles los cuerpos de los monjes de un monasterio cercano tras su muerte.

Bueno y bonito, pero gratis

Un punto interesante sobre el que todas las personas coinciden es sobre la gratuidad del servicio. Hay zonas mejor o peor valoradas -Outariz destaca como la mejor, A Chavasqueira en último- por los usuarios, pero todos coinciden en afirmar que prefieren el libre acceso a las áreas termales. El que desee, puede ir a los espacios de pago, afirman. Sin considerar que esta oferta es exigua, y que aún debe plantearse un largo recorrido por delante. Para muestra, ahí está el solar de As Burgas, a monte.
Hay  que rendirse ante una evidencia cierta: la imagen que los ourensanos poseen de su ciudad ha mudado rápidamente en el cambio de siglo. La ciudad se ha abierto a la idea de termalismo, río y salud, en lo que constituye una deriva y cambio de paradigma acertados.

No obstante, el camino por nadar es largo aún, y en ocasiones precisa salvar algún remonte y esgrimir la tozudez del salmón. Elprograma "Callejeando", poco antes de las diez de la noche, dará a conocer estos testimonios.

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