CRóNICA

Un trabajo cada nueve meses

OURENSE. 28.07.2015. PALMES - NAVES. INCENDIO FORESTAL. FOTO: MIGUEL ANGEL
photo_camera Un brigadista, durante la extinción del incendio en Palmés.

Las brigadas municipales, criticadas por el secretario xeral de Montes, deben cumplir labores de prevención además de las de extinción durante los tres meses de la campaña estival con contratos que rondan los mil euros

La caseta del conserje del Colegio Público de Bande hace en verano las veces de base de las brigadas municipales del Concello. Este año hay dos. Diez personas en total. Un jefe, un peón conductor y tres peones. En A Mezquita -el municipio con mayor número de incendios de Galicia- vuelve a haber sólo una. Son seis. La jefa va y viene desde Palencia entre turnos. En Pereiro de Aguiar -el concello más exigido por los fuegos este año- también son seis. El contrato es por tres meses. Un trabajo cada nueve meses que no da para todo un año. Y eso si hay suerte. Porque no muchos repiten.

La mayoría de las brigadas municipales empezaron a trabajar a principios de julio, algunas como la de A Mezquita un poco más tarde. Por los trámites. A un peón se le exige: nacionalidad española, graduado escolar, experiencia, lingua galega y superar una entrevista con un tribunal que suele integrar personal municipal, de Medio Rural y de la Diputación. Luego un reconocimiento médico y una prueba de esfuerzo (subir un escalón durante 5 minutos, nada fácil). El sueldo, 982,56 euros brutos al mes en el convenio tipo. El peón conductor llega a los 1.037,56 euros; y el jefe de brigada cobra 1.095,56.

En A Mezquita no encontraban un jefe para esta campaña. En el concello vecino, A Gudiña, también tardaron en dar con uno. La jefa de Palencia aprovecha los dos días de descanso semanal para ir a casa. José, 49 años, amplia experiencia en el monte, cazador y agricultor, dice que este año han tenido poco tiempo para el desbroce -el convenio con la Xunta exige un mínimo de superficie que deben avalar los agentes forestales-. "Estivemos en lumes ou de retén, dependemos do distrito que nos marca os horarios e os sitios aos que ir a apagar ou a vixiar. Como somos a única brigada de por aquí, este ano non nos movemos moito".

En Bande la rutina ha sido parecida. Rubén, 22 años, tres de experiencia, cuenta como una alerta les llegó estando de desbroce. "Empezaramos as tres da tarde. Paramos e fomos para un lume na parroquia do Ribeiro, chegamos ás sete e estivemos ata as once... apagando e logo regando". En Pereiro de Aguiar el trabajo de extinción "aumentou nun 50% respecto do ano pasado", explica José Antonio Barros, coordinador de la brigada "para as tareas de limpeza, porque para lumes dependen do distrito". Barros recuerda que los brigadistas estuvieron desde el primer momento (su turno empezaba a las 16,00 ese día) en el incendio de Palmés, que luego enlazaron el fin de semana en Velle y Sabadelle con el fuego de Vilariño a principios de semana. El jueves estaban de descanso. "Non tivemos incidentes, afortunadamente; pero o cansanzo está aí". Aunque tendrán que cumplir con el convenio, como cualquier otro concello, y que les certifiquen las 5 hectáreas desbrozadas o las 10 si el terreno es sencillo. En Pereiro presumen de que llegan a limpiar "todas as pistas" porque el tractor empezó ya en mayo.

Las brigadas municipales, en el centro de la diana por las críticas de Medio Rural al descuido de los ayuntamientos en las tareas de prevención, trabajan entre dos fuegos: el político, otros años eran señaladas como agencias de colocación; y el profesional, precariedad laboral, también en formación. Pero los brigadistas no se quejan. "Os sepi (caso, traje, guantes) están en bo uso, e hai algún que son novos. Os guantes e as botas, sempre", explica Rubén. Los trajes, en casos como el de Bande o Pereiro, son alquilados a Tragsa, que también impartió formación a las brigadas de Bande (dos días en Ourense al comienzo de la campaña, con una brigada de A Rúa). La de Pereiro recibió la formación en casa. En general, las herramientas y los vehículos todoterreno son propiedad municipal. Su mantenimiento corre a cargo de los concellos, que además del sueldo de los brigadistas adelantan el dinero para que el operativo funcione en verano. La subvención de los convenios puede retrasarse hasta enero o febrero. 


 

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