Las renovadas instalaciones de la UCI del Complexo Hospitalario de Ourense entraron ayer en funcionamiento. Además de las obras arquitectónicas ha habido un aumento del equipamiento tecnológico, con nuevos monitores o centrales de control.
El Complexo Hospitalario de Ourense estrenó ayer las renovadas instalaciones de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Las obras de reforma, tanto de la antigua zona de Reanimación como de la ampliación de la UCI existente en el Cristal, supusieron una inversión de 67.138 euros, de un presupuesto total de 483.877 euros a lo largo de los últimos tres años. No en vano, se incluyó también la renovación de la práctica totalidad del equipamiento de cuidados críticos, entre ellos las dos nuevas centrales de control, 15 monitores, electrocardiógrafos, marcapasos externos y desfibriladores.
Las obras permiten una distribución moito máis operativa e axustada da actividade que rexistra historicamente a unidade, diferenciando a hospitalización de pacientes coronarios e poli valentes, según explicaban ayer fuentes del Complexo Hospitalario ourensano.
Además, el personal procedente de las dos anteriores UCIs (una del Santa María Nai y otra del Cristal) cuenta ya con una única cartelera de trabajo al integrar plenamente a los dos equipos humanos, que contará ahora con cinco enfermeras más y dos auxiliares a mayores, quedando así en 45 profesionales de enfermería y 30 auxiliares. La ampliación de personal responde a la mayor carga de trabajo de enfermería derivado de la nueva distribución, ya que la complejidad en la atención del paciente poliva lente supone una mayor exigencia de control y vigilancia, según fuentes hospitalarias. En esta categoría se incluyen todos los pacientes críticos con patologías respiratorias o metabólicas -como el accidente cerebrovascular o sepsis- así como los que sufran un fracaso multiorgánico. De hecho, el incremento de este grupo asistencial viene dado por el crecimiento de estas patologías, especialmente vinculadas al envejecimiento poblacional. Así, el paciente de cuidados polivalentes del CHOU tiene una media de edad superior a los 60 años, siendo la de la zona coronaria ligeramente inferior.
Las obras permiten una distribución moito máis operativa e axustada da actividade que rexistra historicamente a unidade, diferenciando a hospitalización de pacientes coronarios e poli valentes, según explicaban ayer fuentes del Complexo Hospitalario ourensano.
Además, el personal procedente de las dos anteriores UCIs (una del Santa María Nai y otra del Cristal) cuenta ya con una única cartelera de trabajo al integrar plenamente a los dos equipos humanos, que contará ahora con cinco enfermeras más y dos auxiliares a mayores, quedando así en 45 profesionales de enfermería y 30 auxiliares. La ampliación de personal responde a la mayor carga de trabajo de enfermería derivado de la nueva distribución, ya que la complejidad en la atención del paciente poliva lente supone una mayor exigencia de control y vigilancia, según fuentes hospitalarias. En esta categoría se incluyen todos los pacientes críticos con patologías respiratorias o metabólicas -como el accidente cerebrovascular o sepsis- así como los que sufran un fracaso multiorgánico. De hecho, el incremento de este grupo asistencial viene dado por el crecimiento de estas patologías, especialmente vinculadas al envejecimiento poblacional. Así, el paciente de cuidados polivalentes del CHOU tiene una media de edad superior a los 60 años, siendo la de la zona coronaria ligeramente inferior.
