Lucha contra el coronavirus

La vacuna y la experiencia, las dos armas frente al virus un año después

María Sande, Dolores Díaz y Javier Cid.
photo_camera María Sande, Dolores Díaz y Javier Cid.
Los profesionales sanitarios insisten en la importancia de las medidas preventivas para frenar la trasmisión del covid

El Instituto de Salud Carlos III (Isciii) fija en la primera semana de enero de 2020 los dos primeros casos de covid-19 diagnosticados en ciudadanos con residencia en la provincia. El 2 de febrero, hace hoy un año, marca el tercer contagio y a partir del día 18 de ese mes da cuenta de una cascada de positivos que no cesa hasta bien entrado el mes de mayo. 

La lucha sanitaria contra el virus, pese al paso del tiempo y a las sucesivas olas, no ha cambiado tanto desde aquellos primeros meses. A día de hoy, la vacuna y la experiencia acumulada son las principales novedades con respecto a la primera ola. El pilar fundamental, no obstante, es el mismo: la prevención. "Siempre sucede lo mismo, aumentan las interacciones sociales, aumentan los contagios. Disminuyen las primeras, disminuyen las segundas", explica María Sande, jefa de Medicina Preventiva del CHUO y miembro del comité clínico que asesora al Gobierno autonómico.

Las complicaciones de la enfermedad son similares a las observadas en marzo, aunque ahora los profesionales las conocen. "Podemos intentar prevenirlas y adelantarnos", apunta Dolores Díaz, médica de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del CHUO. Por ahora, la infección por SARS-CoV-2 sigue sin contar con un tratamiento específico. 

El último eslabón de la cadena, la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) atiende a pacientes con cuadros similares a los de la primera ola. "La ventilación mecánica sigue siendo lo más importante", señala Javier Cid, jefe de la UCI del CHUO.

MASCARILLAs y test

María Sande destaca la importancia de la vacuna, la principal diferencia respecto a marzo. "Es el gran hito, la gran apuesta. Estoy segura de que una vez más las vacunas van a demostrar que son una apuesta de éxito", señala. Ante el ritmo de la campaña, apunta los problemas de suministro: "Pero tenemos que confiar en la capacidad de esas grandes industrias de solventar los problemas puntuales".

Junto a la vacuna, el uso de la mascarilla también supone un importante avance. "Al principio de la pandemia pensábamos que solo los pacientes con síntomas transmitían la enfermedad, después descubrimos que también lo hacían los asintomáticos", explica. La sanitaria es clara respecto al tipo de tapabocas: "Es cierto que la FFP2 es superior técnicamente, pero la quirúrgica ofrece ya un grado importante de protección. En ambos casos, es clave un uso correcto y adecuado". 

Otra de las principales diferencias, las pruebas diagnósticas. "Cada vez se ha mejorado más en la capacidad de realizar pruebas, así como en el rastreo y aislamientos y cuarentenas de contactos de positivos para frenar las cadenas de trasmisión", señala.

Sin tratamiento

La médica Dolores Díaz señala los avances desde marzo. "Lógicamente sabemos más cosas que entonces. Conocemos las manifestaciones clínicas, cómo se comporta", apunta. Pero el tratamiento no es específico: "Tenemos dos tratamientos aprobados, los antivirales y los corticoides, pero no en todos los pacientes ni en todos los momentos. Lo que sabemos es lo que no funciona". El paso del tiempo será clave en la cura: "Es muy difícil encontrar un tratamiento eficaz contra un virus". 

Pacientes más jóvenes

Tanto Dolores Díaz como Javier Cid reconocen que la media de edad de los pacientes ingresados ha caído en esta tercera ola. "Puede ser que las personas más mayores estén más protegidas, y al haber más contagios entre jóvenes es más fácil que haya más jóvenes que evolucionan peor", señala Díaz.

En la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), la lucha es similar a la de la primera y segunda olas. "Hay ciertos tratamientos que ya se han desechado porque vimos que no funcionaban", señala Cid, que destaca que estos días se ha estabilizado la cifra de pacientes, aunque sigue habiendo nuevos ingresos en la unidad de forma diaria. "Tratamos las complicaciones respiratorias con ventilación mecánica, como al inicio, además de tratar las patologías previas del paciente, como hipertensión o diabetes, que tienden a descompensarse", apunta.

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