Un hombre de 53 años sufrió un infarto en la calle San Rosendo cerca de la una de la madrugada del viernes. Es el cuarto en apenas 15 días y el único en el que se ha conseguido salvar la vida.
Una llamada comunicando que había un hombre desplomado en la acera puso en alerta a los servicios de emergencia que acudieron lo suficientemente rápido al lugar. Agentes del grupo de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional aparecieron tan sólo dos minutos más tarde y comenzaron a realizar maniobras de reanimación cardiopulmonar hasta la llegada de una ambulancia del 061. Tras 45 minutos de RCP, el hombre se estabilizó y fue trasladado al CHUO. Ahora permanece ingresado en la UCI con lesiones graves en el cerebro.
Los agentes que llegaron al lugar fueron los mismos que asistieron el lunes otro infarto en la intersección de Ramón Cabanillas con la calle Valle Inclán. Pese a las maniobras de reanimación, la falta de desfibriladores en los vehículos policiales les impidió salvar su vida, una reivindicación en la que inciden los miembros del Sindicato Unificado de la Policía de forma continua desde hace años.
En Ourense, los datos previos al año covid, indicaban que hasta 1.400 personas mueren al año por problemas del sistema circulatorio entre los que se engloban los infartos agudos. Un problema que en la temporada invernal se incrementa por el frío y el aumento de C02.
